CIUDAD DEL VATICANO, martes 9 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Las relaciones Iglesia Estado podría ser uno de los temas de más impacto de la visita de Benedicto XVI a Francia del 12 al 15 de septiembre.
El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, explicó este martes a los periodistas en un briefing, que es "verosimile" que el pontífice afronte el tema de la laicidad en este país que basa su ordenamiento jurídico en este principio.
El argumento debería ser afrontado al llegar a París por el Papa Joseph Ratzinger, quien cuando era cardenal, en 1992, fue nombrado miembro asociado extranjero de la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Francia.
El padre Lombardi explicó que el Santo Padre podría hacer referencia al histórico discurso que pronunció el presidente Nicolas Sarkozy, el 20 de diciembre, cuando presentó en la Basílica de San Juan de Letrán una visión de la "laicidad positiva" (Cf. Zenit, 20 de diciembre de 2007).
"La laicidad no debería ser la negación del pasado. No tiene el poder de desgajar a Francia de sus raíces cristianas. Ha tratado de hacerlo. No hubiera debido", afirmó Sarkozy.
Según explicó el padre Lombardi, a pesar de que no es habitual, el mismo Sarkozy se dirigirá al aeropuerto para recibir al Papa. De hecho, según el protocolo, normalmente un jefe de Estado recibe la bienvenida del primer ministro y el presidente le espera en su residencia oficial, el Eliseo, con motivo de la ceremonia de bienvenida.
Ahora bien, aclaró el portavoz vaticano, esta bienvenida tendrá carácter privado, es decir, en ella no se pronunciarán discursos. Poco después se celebrará la ceremonia de bienvenida oficial en el Eliseo, precedida de un encuentro privado entre el obispo de Roma y el presidente francés.
Al mismo tiempo tendrá lugar un coloquio entre el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, acompañado por el secretario de la Santa Sede para las Relaciones con los Estados, el arzobispo Dominique Mamberti, de nacionalidad francesa, con el primer ministro, François Fillon.
Luego el Papa tendrá un encuentro con las autoridades del Estado, en el que se espera la participación de unas 700 personas. En ese momento, pronunciará su esperado discurso.
El padre Lombardi explicó que de cara a este discurso es importante tener en cuenta la Carta que envió Juan Pablo II al presidente de la Conferencia Episcopal de Francia con ocasión del centenario de la ley de separación entre Estado e Iglesia, enviada el 11 de febrero de 2005.
El director de la Oficina de Información de la Santa Sede presentó el texto como "un resumen" de la posición católica "muy positivo".
En el punto 3 de su misiva, el fallecido Papa afirmaba que "bien comprendido, el principio de laicidad, muy arraigado en vuestro país, pertenece también a la doctrina social de la Iglesia".
"Recuerda la necesidad de una justa separación de poderes, que se hace eco de la invitación de Cristo a sus discípulos: 'Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios' (Lucas 20, 25)".
"Por su parte, la no confesionalidad del Estado, que es una no intromisión del poder civil en la vida de la Iglesia y de las diferentes religiones, así como en la esfera de lo espiritual, permite que todos los componentes de la sociedad trabajen juntos al servicio de todos y de la comunidad nacional", añadía Juan Pablo II.
Al viajar a los Estados Unidos, el pasado 15 de abril, Benedicto XVI también afrontó el tema de la laicidad, impulsando el concepto positivo de este principio que se vive en ese país.