La universidad necesita estudiar a la familia

Habla la secretaria de la Red Europea de los Institutos de la Familia

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MADRID, lunes 8 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Se necesitan más políticas dirigidas a la familia, pues ésta tiene un papel social insustituible. Lo sostiene la profesora María Isabel Álvarez Vélez, directora del Instituto Ordinario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y secretaria de la Red Europea de los Institutos de la Familia.

María Isabel Álvarez Vélez es doctora en Derecho y profesora de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Es además miembro del Grupo de Investigación interdisciplinar de la Facultad de Derecho denominado «Derecho y Menores» y coordinadora del Grupo de investigación «Derecho constitucional y ciencia política» de la misma Facultad.

En esta entrevista, Álvarez Vélez considera que la Universidad debe descubrir la necesidad del estudio de la familia.

–Hay políticas inquietantes que acechan a la familia en varias partes del mundo. ¿Cuál es la contrapropuesta positiva que se puede lanzar? 

–Álvarez: Es difícil hacer una contrapropuesta. Creo que desde el nacimiento el ámbito ideal en el que la vida de una persona se desarrolla es en el seno de la familia. No es fácil, sin embargo, realizar esa tarea sin apoyos y ayudas por parte de los poderes públicos.  

Tanto socialmente, como económicamente se necesita ayuda pues está plenamente justificada la existencia de políticas específicas dirigidas a la familia.  

No me refiero sólo a políticas públicas dirigidas a los individuos que configuran la familia de manera aislada -políticas de mujer, infancia o tercera edad- sino a políticas públicas que identifiquen la familia como una unidad, o lo que es lo mismo como un único elemento, que aporta a la sociedad mucho mas que la suma de lo que aporta cada una de las personas que la configuran. 

Para la puesta en marcha de cualquier política pública, sea del tipo que sea (vivienda, sanidad, defensa, educación etc.), es preciso saber porque es necesaria su existencia, o lo que es lo mismo cuales son los fundamentos de esa actividad pública.  

Esto es especialmente relevante para las políticas familiares ya que deben ser defendidas desde argumentaciones económicas y sociales de equidad, redistribución, etc.- y no desde otras.  
 

–El rostro de la familia ha variado mucho. ¿Existe todavía una acepción clásica de lo que se entiende por familia, o le tenemos que poner siempre el adjetivo «tradicional» para que se comprenda mejor? 
 

–Álvarez: Efectivamente el concepto de familia no es univoco. Así, cada uno tenemos nuestra propia experiencia familiar lo que nos condiciona la noción general. Las normas jurídicas huyen de darnos un concepto, pues es una realidad socialmente cambiante y a la que legislativamente, con más o menos éxito, se quiere llegar protegiendo habitualmente a los miembros más desfavorecidos. 

Desde el Instituto hemos querido siempre ser foro de esa reflexión pública en temas relacionados con la familia, con el convencimiento de que tenemos mucho que aportar en el debate. Las relaciones de consanguinidad sirven en muchos países para acercarnos a ese concepto aunque también la afectividad entra en juego. 
 

–¿Desde cuando la familia es digna de entrar en los estudios universitarios? 

–Álvarez: La familia como célula esencial de la sociedad debe ser siempre objeto de estudio y análisis por parte de un centro universitario.  

En nuestro caso el Instituto Universitario de la Familia (IUF) de la Universidad Pontificia Comillas tiene una naturaleza y finalidad múltiple y complementaria, de programar y realizar trabajos de investigación sobre temas relacionados directa o indirectamente con la familia a promover, organizar y desarrollar la docencia de las cuestiones referentes a la familia, en los planes reglados de estudio, en la formación de postgrado y de tercer ciclo o en cursos, ciclos, seminarios o jornadas sobre temas monográficos. 

También prestamos asesoramiento y apoyo a organismos o instituciones públicas o privadas relacionadas con la familia y su entorno. 

–En la red europea, ¿cuáles son las «buenas prácticas» que comparten y que pueden iluminar a otros contextos? 

–Álvarez: La Red Europea de los Institutos de la Familia (REDIF), fue fundada en Lyón (Francia) el 16 de diciembre de 1995. Pertenecen a ella los siguientes centros además de Comillas, el Instituto Universitario de Salud Mental, de la  Fundación Vidal y Barraquer de la Universidad Ramón Llul, (Barcelona, España); el Institut D’Estudes de la Famille et de la Sexualité de la Université Catholique de Louvain (Bélgica); el Instituto Superior de Ciencias de la Familia, Universidad Pontificia de Salamanca (España); el Institut des Sciences de la Familla, Université Catholique de Lyon, (Francia); el Centro Studi e Ricerche sulla Famiglia, Università Cattolica del Sacro Cuore de Milano (Italia); Institut de Recherche et de Conseil dans le Domaine de la Familla, Université de Fribourg (Suiza; y la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación, Universidad de Deusto, Bilbao (España). 

En esta red compartimos cinco aspectos esenciales: el primero, nuestra pertenencia a una Universidad católica;  el segundo, un objeto de estudio y enseñanza común: la familia; el tercer aspecto es un estatuto universitario; el cuarto una aproximación pluridisciplinar; y el quinto y último el empeño en informar a los actores sociales. Todos estos aspectos pueden iluminar los estudios acerca de la familia. 
 

Por Miriam Díez i Bosch

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ZENIT Staff

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