BELO HORIZONTE, lunes, 3 noviembre 2008 (ZENIT.org).- El arzobispo de Belo Horizonte, Brasil, Walmor Oliveira de Azevedo, considera que la crisis económica mundial no es sólo una crisis monetaria sino un terremoto que en el terreno de los valores.
Subrayando que la crisis es «la cuestión principal para el mundo», el prelado recuerda que uno de los términos del «sosfisticado lenguaje de la economía» es «credibilidad».
«En la extensión del significado ha una incontestable referencia a la dimensión de los valores –afirma en un artículo enviado a Zenit–. La credibilidad es la referencia a los valores, y estos configuran la credibilidad».
Según el arzobispo, «más allá de los números y de las cantidades, los valores que configuran la credibilidad se refieren a irrenunciables dimensiones de carácter ético y moral».
«En verdad, la credibilidad en el sistema financiero no es sólo una cuestión de números. Si lo fuera, todo se podrían resolver también, como es praxis en muchos procedimientos, con los números virtuales que a menudo tienen la propiedad de cubrir con un maquillaje ilusorio tantas heridas de la realidad social y política».
«Esta credibilidad que puede restituir al sistema financiero un equilibrio, para no comprometer la justicia y la dignidad humna, tiene por tanto raíces en la cuestión fundamental de los valores que inspiran concepciones, ideas sociales, políticas y económicas», afirma.
La crisis económica mundial, añadió, «no es sólo una crisis de dinero perdido, inyectado, favorecido, prestado. Es un terremoto que entra en el terreno de los valores».
Esto exige «una comprensión cuya lucidez debe ser iluminada por valores y puntos de referencia cuando se considera en una mesa de debate con vistas a la superación de la crisis».
En este contexto, la Iglesia Católica señala «una luz en este momento crítico de crisis mundial». Según monseñor Azevedo, la voz de la Iglesia aparece de modo concreto en el Mensaje del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar del 5 al 26 de octubre, en el que él participó.
Esta luz es siempre seguir a Jesús: «Se concentra en el seguimiento de Cristo, fuente inagotable de la verdad que es Él».
La Palabra de Dios, Jesucristo, es «fuente de toda credibilidad». El encuentro con Cristo y su escucha «permiten superar los fundamentalismos religiosos y sociales, políticos y económicos».
«Toda crisis indica, por tanto, que es necesario beber en una fuente más limpia y verdadera en la búsqueda del nuevo camino paa las instituciones y para la vida de todos», concluiyó el arzobispo.
Por Alexandre Ribeiro, traducido del italiano por Nieves San Martín
