BAGDAD, jueves 6 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- El obispo auxiliar de Bagdad, monseñor Shleiman Warduni, ha pedido al recién elegido presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que «gobierne mirando el bien de todos los pueblos de la tierra», una invitación que extiende «a todos los demás líderes mundiales».
En declaraciones a la agencia Asianews, monseñor Warduni auguró que el nuevo presidente «no trabaje sólo para ganar una guerra, sino para procurar una paz estable y duradera, que es la verdadera conquista, no sólo en Iraq sino en todos los lugares donde hay conflicto»..
«Es necesario que los gobernantes trabajen para la paz, la prosperidad y el amor entre los pueblos, dejando aparte divisiones y egoísmos personales», añadió el prelado.
Por otro lado, el prelado criticó duramente la decisión del Parlamento iraquí, el pasado lunes 3 de noviembre, de limitar la representación de las minorías, a pesar de que, afirma, tanto el presidente Al-Maliki como los principales líderes musulmanes habían aceptado «la reintroducción del artículo 50 en la ley electoral, que reconoce los mismos derechos a todos los iraquíes».
Monseñor Warduni calificó la medida de «limosna» y aseguró que no están dispuestos a aceptarla. «No es justo continuar hablando de minorías, porque todos somos parte de un único Irak, que debemos colaborar para transformar el deseo de democracia en un proyecto concreto», añadió.
En este sentido, subrayó que la comunidad cristiana ha llevado a cabo una «importante labor» en cuanto a «difusión de la cultura, educación, asistencia social y sanitaria» a pesar de los «peligros, amenazas y persecuciones».
Respecto a la reciente tragedia de los cristianos en Mosul, el prelado denunció que la causa también ha sido «el silencio de la Unión Europea, Estados Unidos, el Parlamento y la Comunidad Internacional, que durante demasiado tiempo no han movido un dedo».
El prelado explicó que la situación de los cristianos en la ciudad de Mosul está «mejorando» desde la intervención de la policía y del ejército, y que «han vuelto cerca de 500 familias y otras se preparan para volver», y aunque sigue habiendo un sentimiento de «miedo latente», ha habido muchos gestos de solidaridad por parte de la comunidad musulmana.