CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 12 de noviembre de 2008 (ZENIT.org).- En la audiencia general de este miércoles Benedicto XVI presentó a los jóvenes, enfermos y recién casados el ejemplo de san Martín de Tours, cuya fiesta fue celebrada este martes por la Iglesia.
San Martín, nacido in Panonia (hoy Hungría), hijo de un oficial del ejército romano. Siendo muy joven, él mismo se unió a la caballería imperial, prestando servicio en Galia, motivo por el cual es también considerado como patrono de los soldados.
En esa época tuvo lugar el famoso episodio con el que los artistas recuerdan al soldado Martín, quien cuando cabalgaba a caballo, rasgó con su espada su capa militar para ofrecérsela a un mendigo aterido por el frío.
Tras dejar el ejército en el año 356, se retiró a Ligugé, en la región de Poitiers, donde con un grupo de discípulos fundó un monasterio, que pronto se haría famoso en toda Galia. Elegido obispo de Tours, en el año 371, difundió del cristianismo en toda la Galia occidental.
Martín fue uno de los santos más populares de Europa occidental. Miles de parroquias y pueblos tomaron su nombre. En Francia hay al menos 4.000 iglesias dedicadas al santo.
«Que sea para vosotros, queridos jóvenes, empuje para una fidelidad evangélica cada vez más generosa», dijo el Papa al final de la audiencia general al despedirse de los 15 mil peregrinos presentes en la plaza de San Pedro.
«Que sea para vosotros, queridos enfermos, aliento para confiar en el Señor que nunca abandona a sus hijos en el momento de la prueba», añadió.
Por último, dirigiéndose a los recién casados, les deseó que el santo sea «estímulo para respetar y servir con valentía la vida humana, que es un don de Dios».