Fundación Madrina, una luz para madres gestantes en dificultad

En medio del debate sobre la nueva ley de aborto en España

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MADRID, 13 noviembre 2008 (ZENIT.org).- El Gobierno español prevé una nueva ley del aborto que ya no lo contemplaría como un delito despenalizado en tres supuestos. Como anunció Zenit, antes de las elecciones, este era el propósito oculto, aunque no se hizo entonces objeto de debate en aquellos comicios generales por estrategia política (http://www.zenit.org/article-25839?l=spanish). Numerosas organizaciones sociales mantienen que la norma sería inconstitucional. En medio de este debate, surge una luz para las madres en dificultades, la Fundación Madrina.

María José Borrego, miembro del Grupo Interdisciplinario de Bioética de la Universidad San Pablo-CEU, en un artículo publicado en diariomedico.com, este13 de noviembre, critica que el nuevo proyecto se redacte a partir de lo que diga un comité de expertos designado por el Gobierno.

En España el aborto es un delito que está despenalizado sólo en tres supuestos: violación (hasta las 12 semanas), malformación fetal (hasta las 22) y grave riesgo para la salud física o psíquica de la madre (sin plazo).


Sin embargo, este país se considera en paraíso para abortar, ya que la ley no se cumple en el 99% de los casos. Según el Ministerio de Sanidad, de los cien mil abortos de 2006, el 98% se realizaron en clínicas privadas, dado que la sanidad pública no puede hacer abortos fuera de los supuestos contemplados por la ley. Para que se llegue a esta situación se produce una cadena de irregularidades señalas por la autora del artículo.

La próxima semana, intervendrá en el Congreso de los Diputados Conrado Giménez Agrela, fundador de la Fundación Madrina, una entidad benéfica que ayuda a madres gestantes en situación de dificultad.

Giménez Agrela ha pedido a las personas que conoce que colaboren en extender una cadena de oración, al haber sido designado para la comisión de expertos en el Congreso para la ampliación de la ley del aborto.

La entidad fundada por Giménez Agrela colabora con numerosas entidades públicas y privadas en beneficio de estas jóvenes y adolescentes en dificultad, sin recursos y en riesgo de exclusión social, violencia o abuso.

La Fundación trabaja en pro del restablecimiento y la potenciación de la dignidad humana de la mujer en general y de la madre en particular, especialmente en su feminidad y libertad, defendiendo una nueva»cultura de maternidad», basada en la defensa de los valores femeninos, de la paz y de la vida.

Colabora con la Comunidad de Madrid (gobierno autonómico), en el programa de apoyo a adolescentes embarazadas inserto en el Plan Integral de Asistencia y Ayuda a la Juventud, así como con el Ayuntamiento de Madrid.

Conrado Giménez Agrela, de Madrid, biólogo, especializado en bioquímica y biología molecular, dedicó cuatro años a la investigación. Luego pasó 18 años en el mundo de la banca. En declaraciones al diario de Barcelona «La Vanguardia», publicadas el 28 de marzo de 2008, explica cómo compatibilizó esta actividad con ayudar a enfermos de sida, «lavándolos, cambiándoles pañales y a menudo cogiéndolos de la mano hasta que morían».

«Esas experiencias –confiesa- me ayudaban a comprender lo que somos y eso humanizaba mi trato con los clientes, actitud que me llevó a conseguir mayor rentabilidad, pero, sobre todo, hice grandes amigos».

Vive, afirma, «de una golosa indemnización de mi vida anterior, y ahora inicio un proyecto financiero que me permitirá mantener la fundación».

¿Por qué decidió ayudar a las madres? «Porque son engendradoras de futuro. Encontramos una mamá embarazada de seis meses en un contenedor, sufría estrés postraumático. En el hospital la mantenían atada porque se agredía. Tenía los ojos cerrados y no sabíamos si nos oía, pero estuvimos a su lado cogiéndola de la mano y repitiéndole ‘no estás sola, te queremos’. En cuanto despertó preguntó por nosotros. ¿Entiende ahora?».

Y añade: «La raíz de todos los problemas es la falta de amor: si nadie te ama, no puedes amar.

La madre Teresa de Calcuta dijo algo que siempre me acompaña, dijo que cada niño que nace lleva el siguiente mensaje: Dios todavía no ha perdido al esperanza en el hombre. Muchas de esas madres sueñan con un gran futuro para sus bebés, pero están solas».

«Esos niños nacen de mujeres muy valientes, sólo necesitan una ranura por la que ver la luz. Una mujer apoyada vence al mundo; como dicen los africanos, quien apoya a una madre salva una nación».

El proyecto Carla, de la fundación Madrina, atiende las 24 horas, por teléfono e internet, a madres que necesitan ayuda, unas 110.000 hasta hoy. Lucía es un programa de hogares madrina, gente que acoge a las madres y su bebé.

¿Qué gente hace eso? «Muchas personas mayores que están solas –afirma Giménez Agrela–. Así solucionamos dos problemas. El proyecto Sandra es de orientación y empleo: estas madres deben salir adelante por sí solas. Una vez que han pasado esa experiencia desastrosa de abandono, su autoestima es bajísima; no levantan cabeza, pero si las apoyas, llegan a convertirse en empresarias».

¿Cuál es el perfil? Jóvenes, el 60% inmigrantes, a la mayoría las han echado del trabajo al quedar embarazas. El embarazo es una mala noticia en la sociedad actual y un factor de desigualdad. Se quedan en la calle y necesitan apoyo psicosocial. «Contamos con una red de empresas que contratan embarazadas y mamás solas y tenemos acuerdos con entidades financieras para darles ayuda económica».

Nueve de cada diez mujeres embarazadas o madres sufren acoso laboral. Ese es el resultado del estudio de Giménez Agrela: «El mobbing laboral a las embarazadas se enmascara porque suelen trabajar en sectores donde la temporalidad es grande, no les renuevan el contrato. Y la mayoría son abandonadas por su pareja cuando se enteran de que van a ser madres».

Ante eso, muchas abortan «y en el cuarto mes de embarazo, cuando les empieza a crecer la barriguita, se detecta violencia sexista en el 40% de las chicas que atendemos».

También es habitual que resten a las madres responsabilidad laboral: «Sí, la realidad es que la mujer tiene que decidir entre su maternidad y el trabajo. A nivel político sólo se ponen parches. Estuvimos en el Parlamento Europeo proponiendo medidas, porque no es un tema de conciliación sino de priorización. Los niños son un bien social. La maternidad contribuye al 3% del PIB nacional y soporta el 50% de él. La maternidad debe ser considerada un derecho fundamental y patrimonio de la humanidad. Hemos propuesto 37 medidas», concluye Giménez Agrela.

Para más información: http://www.madrina.org

 

Por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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