Queridas Hermanas y Hermanos en Cristo:
"El Señor es mi Pastor, nada me falta"
En este tiempo de crisis y conflicto, nos dirigimos a vosotros a través de esta carta pastoral para expresaros nuestra solidaridad con vosotros, para rendir homenaje a aquellos hermanos y hermanas que han entregado sus vidas a causa de la fe, para confortar a aquellos que han sido injuriados, para estar con aquellos que han quedado traumatizados por la violencia y el caos desencadenado sobre los cristianos; para hacer todo lo que podamos para asegurar la rehabilitación de aquellos que han perdido sus casas, propiedades, iglesias, instituciones, etc.; para estar junto aquellos cuyos derechos han sido violados, y para asegurar que se hará justicia a todos los que han sufrido a causa de la violencia contra los cristianos de Orissa.
Nos inclinamos humildemente ante vuestra fuerte adhesión a la fe y ante vuestra confianza en Jesucristo como Salvador y Señor. Nos inclinamos humildemente ante vuestra disponibilidad para pasar por todo tipo de humillaciones, tribulaciones e incluso persecuciones por causa de vuestra fe. Estamos orgullosos de vosotros por vuestra capacidad de soportar todo tipo de intimidaciones y amenazas. Oramos con vosotros para que sigáis teniendo la fuerza de Jesús, nuestro Salvador y Señor, para que todos nosotros podamos seguir llevando adelante su misión de compasión, amor, unidad, justicia y paz.
Aunque sea un poco tarde, esta carta pastoral llega a vosotros para expresaros nuestra solidaridad con vosotros en este tiempo de crisis profunda y de conflicto; para compartir nuestras propias preocupaciones sobre la violencia que se nos está causando a nosotros, cristianos; para condenar toda forma de violencia; para pedir al Gobierno que provea la seguridad adecuada para todos; para que la ayuda y la reconstrucción sean asumidas plenamente; para que la vida en los campos de ayuda pueda hacerse más humana; para pedir al Gobierno que los culpables sean castigados; para pedir al Gobierno que anuncie y asuma un adecuado paquete de medidas de compensación
Condenamos fuertemente el asesinato de Swami Laxmanananda Saraswati y pedimos al Gobierno que los culpables sean identificados y castigados. Reiteramos que ningún cristiano, ninguna institución de la Iglesia, ni ningún liderazgo está implicado en este asesinato. También condenamos con palabras inequívocas la violencia que se ha desatado sobre los cristianos, como consecuencia del asesinato de Swami Laxmanananda. Condenamos fuertemente las mentiras que se han propagado por algunos intereses creados, afirmando que los cristianos estaban detrás del asesinato del Swami. Por el contrario, reiteramos que de hecho la misión de amor y compasión de la Iglesia sigue adelante sin tener en cuenta la persecución.
Comprendemos los factores y fuerzas que están detrás de la violencia contra los cristianos. La Iglesia ha estado del lado de los pobres y de los marginados. A través de la educación, de la asistencia sanitaria, de la ayuda para la vivienda y de los programas de empleo, la Iglesia ha despertado una mayor conciencia entre los miembros de las comunidades más vulnerables. Estos han comenzado a exigir sus derechos. Esto no les ha gustado a los potentes que temen que su posición sea cuestionada por los pobres". Por eso, han optado por la violencia. Pero nosotros condenamos esto y reafirmamos nuestra determinación de continuar los servicios de la Iglesia.
Apreciamos las numerosas iniciativas que han tomado muchas personas, organizaciones, organizaciones de la sociedad civil, personas y entidades del mundo de la comunicación, ONG, académicos, activistas políticos, ciudadanos concienciados, y gente de todos los estados de vida de Orissa e India, para apoyar a los cristianos que han sido víctimas a causa de su fe. Nos conmueve su sentido de solidaridad y unidad con todos aquellos que están siendo afectados por la continua violencia en Orissa. A pesar del miedo de ser identificados por las fuerzas fundamentalistas, estas personas nos han apoyado como ciudadanos del mismo país, aunque sus religiones sean muy diferentes. Queremos expresarles nuestra gratitud.
También queremos expresar nuestro agradecimiento a todas aquellas organizaciones - tanto nacionales como internacionales- que nos apoyan en este tiempo de crisis y conflicto y nos proporcionan ayudas de varios tipos. En vuestro nombre, queremos dar las gracias a los cristianos, parroquias, Diócesis, Conferencia de Obispos Católicos de India, a otras iglesias, a las instituciones de la Iglesia que en todo el país y en el extranjero han alzado su voz contra la violencia contra nosotros y nos han brindado su solidaridad y apoyo.
Sobre todo, queremos expresar nuestro agradecimiento a todas las personas de todas las religiones de Orissa e India que, a pesar de los esfuerzos de las fuerzas fundamentalistas y de algunos partidos políticos por dividirlos y crear conflictos entre ellos, mantienen las tradiciones indias de armonía comunitaria y de integridad nacional. Como siempre, prometemos continuar nuestra tradición de armonía comunitaria y destino colectivo.
Con vosotros, lamentamos profundamente la tardanza con la que tanto el gobierno central como el estatal han respondido a la continua violencia contra los cristianos en Orissa. Nos duele afirmar que ambos gobiernos han fallado miserablemente al no asumir sus obligaciones constitucionales. Por este motivo les hacemos un llamamiento para que usen todos los poderes que les otorga la Constitución del país y se aseguren de que la paz y la armonía prevalecen en la zona, y de que los culpables sean castigados y los afectados sean protegidos y compensados adecuadamente.
También reconocemos y agradecemos los esfuerzos realizados por muchas autoridades, departamentos de gobiernos, comités y comisiones, políticos y partidos políticos para asegurar la legalidad y el orden, para asegurar paz y armonía, y para establecer la norma de la ley. Nos comprometemos a trabajar con ellos en todo momento. Nuestro agradecimiento se extiende también a todos los amigos de los medios de comunicación, que han relatado el desarrollo de la violencia, su causa fundamental y su impacto de manera imparcial.
Una vez más queremos expresar nuestro sentimiento pastoral por el que nos inclinamos humildemente ante vuestra adhesión a la fe en este tiempo de conflicto y de crisis. Nos unimos a los líderes de todas las iglesias de Orissa para expresar nuestra solidaridad con vosotros. Como Jesús, oramos por quienes perpetraron el crimen. Oramos con vosotros para que el Espíritu Santo conceda su sabiduría y su valor a las autoridades, a la maquinaria del gobierno y a los gobiernos para que actúen inmediatamente y para actuar de manera imparcial, y para que lleven a la normalidad la vida para todos en Orissa. También oramos con vosotros para que la Vida, Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús nos fortalezca en este tiempo de crisis, para que podamos seguir viviendo nuestra vida cristiana en este país sin ninguna vacilación. ¡Que nuestra Madre María guíe cada uno de nuestros pasos, para que seria, valiente, sistemática y sensiblemente respondamos a la violencia cometida contra nosotros!
Nos vamos a encontrar con los representantes de la Iglesia de Orissa, con quienes reflexionaremos sobre la violencia y haremos públicos planes a corto y largo plazo para responder a la violencia.
Enviamos esta carta pastoral con todas nuestras bendiciones espirituales.
En Cristo,
+ Excmo. y Rvdmo. Thomas Thiruthalil CM, Obispo de Balasore y Presidente del Foro Regional de Obispos de Orissa
+ Excmo. y Rvdmo. Raphael Cheenath SVD, Arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar
+ Excmo. y Rvdmo. Alphonse Bilung SVD, Obispo de Rourkela
+ Excmo. y Rvdmo. Lucas Kerketta SVD, Obispo de Sambalpur
+ Excmo. y Rvdmo. Sarat Chandra Naik, Obispo de Berhampur
+ Excmo. y Rvdmo. John Barwa SVD, Obispo coadjutor de Rourkela
ORISSA, 31 de Octubre de 2008
Traducido del inglés por Maria Areitio