Inaugurada en Chipre la cumbre de representantes religiosos del mundo

Convocada por la Comunidad de San Egidio y acogida por la Iglesia ortodoxa

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NICOSIA, domingo, 16 noviembre 2008 (ZENIT.org).- Por primera vez, este domingo en Chipre, seis cardenales y trece obispos católicos han participado en la divina liturgia ortodoxa, en la iglesia de Santa Sofía de Strovolos (Nicosia), que ha anticipado en unas horas la apertura de la vigésimo segunda edición de la cumbre de representantes religiosos convocada por la Comunidad de San Egidio.

Doscientos personalidades religiosas y políticas de más de sesenta países han llegado a la isla para participar hasta el martes en el encuentro anual «Hombres y religiones» que en esta ocasión lleva por título «La civilización de la paz: credos y culturas en diálogo».

En la liturgia estaban presentes el arzobispo ortodoxo de Chipre, Crisóstomo II, el patriarca de Alejandría y de toda África, Teodoro II, y los demás representantes de las Iglesias ortodoxas.

Por su parte, el sábado por la tarde, Crisóstomo II había asistido por la primera vez en Chipre a la misa acatólica, presidida por el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, en la iglesia de la Santa Cruz de Nicosia.

En su homilía, el arzobispo ortodoxo ha denunciado este domingo la difícil situación que atraviesa la isla, que sufre la ocupación turca, y ha expresado la alegría de su Iglesia de encontrarse con otras iglesias hermanas, subrayando el significado de la paz como valor absoluto.

«Si bien en idiomas diferentes, a través de la liturgia hemos afirmado la unidad de la fe y el vínculo del amor entre nosotros», ha explicado el prelado ortodoxo.

Teodoro II ha dirigido palabras de agradecimiento a Crisóstomo II: «Eres digno de honor pues junto a la comunidad de San Egidio te has comprometido en esta importante iniciativa de encuentro en la heroica y martirizada isla de Chipre».

«Este gesto –añadió–, unido a la inquebrantable tradición bimilenaria apostólica y acompañado del puro magisterio de los padres de la Iglesia ortodoxa es la prueba de su carácter ecuménico».

Al concluir la liturgia, Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio, al saludar a las Iglesias ortodoxas, subrayó el valor de la belleza de la liturgia ortodoxa que lleva al corazón de la paz: «La liturgia que acabamos de celebrar nos lleva ya al Reino de Cristo, el verdadero mundo de paz, es más, la verdadera civilización de la paz».

«Nos recuerda que la paz es ante todo un don de Dios que tenemos que pedirle rezando, amando y personando –siguió diciendo Riccardi–. La belleza de la divina liturgia que se celebra en la Iglesia de Chipre con tanto amor y según la antigua tradición nos muestra que la paz es bella y deseable».

El cardenal Sandri, al final de la liturgia ortodoxa, saludó en nombre del Papa Benedicto XVI a Crisóstomo II y a Teodoro II y entregó al jefe de la Iglesia ortodoxa en Chipre tres simbólicas medallas, una de ellas realizada con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney (15-20 de julio de 2008), para subrayar la importancia de los jóvenes para el futuro del mundo.

 

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ZENIT Staff

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