ARMAGH, martes, 18 noviembre 2008 (ZENIT.org).- El cardenal Séan Brady, arzobispo de Armagh, ha dirigido una carta a los fieles en la que reflexiona sobre la importancia que ha tenido para todo el mundo proceso de paz en Irlanda del Norte, y el riesgo de «olvidar» la miseria y la desesperanza a la que la permanente violencia había conducido durante décadas.
«Disfrutamos ahora de un presente y de un futuro más esperanzador del que cabía imaginar hace solo unos años. El desafío hoy es continuar comprometidos en ese viaje», añadió el purpurado, en referencia a la reciente crisis política que atraviesa la zona.
Esta crisis, añade, «mina a quienes creen que Irlanda del Norte puede tener un futuro más brillante, especialmente a los jóvenes, anima a los que quieren promover las ideologías fracasadas del pasado» y sobre todo «da espacio a los que promueven la mentira de que la violencia tiene algo que ofrecer a nuestro futuro».
El cardenal Brady recordó que la Biblia «habla de paz como ‘un camino’, algo hacia lo que nos esforzamos paso a paso. Cada paso en ese viaje es un desafío. Raras veces es fácil. Aún puede exigir algún coste personal o político».
«Como hemos descubierto en Irlanda del Norte, no siempre es fácil escoger el compromiso, la generosidad sobre el interés propio, o el perdón sobre la venganza, el bien común sobre la política de partido. Todos estos son valores profundamente cristianos».
Existe, en opinión del purpurado, «un verdadero peligro de que con el paso de los años, olvidemos la inutilidad, la destrucción y la miseria que trajo la violencia en el pasado», violencia que «no trajo nada más que desesperación».
Sin embargo, el proceso de paz ha sido «fuente de esperanza para el mundo» y «debe seguir siéndolo», afirmó.
«A principios de año visité una pequeña parroquia católica en medio de la Franja de Gaza. Fue una de las experiencias más memorables de mi vida. En medio de la desolación causada por los años de conflicto, me pidieron que hablara sobre la esperanza en el futuro».
«Lo que más me conmovió fue la cantidad de gente que veía en Irlanda del Norte una razón para su esperanza: como un signo de que cuando la gente está decidida a buscar la paz, ésta puede alcanzarse», comentó el arzobispo de Armagh.
El purpurado se refirió al próximo tiempo de Adviento, en especial a las lecturas de los profetas sobre el futuro advenimiento de la paz. «Rezo para que los responsables del bien común de nuestra sociedad encuentren el camino y tengan el coraje de dar el siguiente paso hacia la paz».
El texto completo de la carta puede consultarse en: www.catholicbishops.ie