MADRID, miércoles 17 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- La multitudinaria Eucaristía que se celebrará el domingo 28 de diciembre en la Plaza de Colón de Madrid mostrará que la familia no es algo privado y rebasa los límites de las iglesias, explica el encargado de la organización del evento.
Monseñor César Franco, obispo auxiliar de Madrid, en declaraciones que publica este jueves el semanario Alfa y Omega, explica que este Family Day quiere «fijar la atención en la familia como institución básica de la sociedad que sufre muchas amenazas y ocupa el interés prioritario de la Iglesia».
El año pasado una celebración con motivo de la fiesta de la Sagrada Familia en la misma Plaza, también convocada por el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de la capital española, congregó a dos millones de personas.
El prelado explica que la celebración tiene lugar en la plaza pública, «porque no queremos que la fiesta de la Sagrada Familia quede reducida al recinto de los templos, dado que la familia está presente en todos los campos de la vida social, y para los cristianos no es un asunto privado sin repercusión en la sociedad».
«Las cosas evidentes y sencillas, las que pertenecen al orden mismo de la naturaleza, hoy son puestas en entredicho, negadas y atacadas por quienes deberían defenderlas por ejemplo, la vida desde sus orígenes a su término natural».
«Vivimos en una sociedad que se cierra a la evidencia de la realidad natural tal como ésta puede ser conocida por la razón. Precisamente por eso es necesario celebrar públicamente las cosas más sencillas y naturales de la existencia humana como ha hecho siempre la Iglesia con su extraordinaria pedagogía».
«La vida, la muerte, el amor humano son realidades que sustentan la existencia humana, pero mucha gente, y especialmente las nuevas generaciones, están confundidas sobre el sentido de las mismas. La Iglesia quiere mostrarles el plan de Dios sobre ellas e invitarles a su celebración», afirma.
Ante las críticas que la Iglesia recibe en su defensa de la familia, monseñor Franco recuerda que «desde hace 2.000 años la Iglesia, como Cristo, es signo de contradicción y objeto de críticas».
«Las críticas no pueden inhibir a la Iglesia en su responsabilidad de anunciar el Evangelio de Cristo. Cualquiera que objetivamente se acerque a nuestras celebraciones descubrirá que la Iglesia, desde sus orígenes hasta el momento presente, anuncia el mismo mensaje y celebra la misma verdad que proclamó Jesucristo; es decir, no vive de lo provisional del momento histórico, sino de lo perdurable de la verdad evangélica».
El obispo aclara que en esta ocasión se ha optado por una celebración de la Eucaristía, «en la que todos participaremos de la forma más plena que un cristiano puede hacer en la vida de la Iglesia: mediante la escucha de la Palabra de Dios y la comunión en el Cuerpo y la Sangre de Cristo».
«Es una forma muy expresiva, además, de manifestar que la Iglesia se edifica en la Eucaristía como familia de hijos de Dios en torno a su mesa», asegura.
Por supuesto, añade, «participarán parroquias, asociaciones y movimientos apostólicos a través de las oraciones y gestos litúrgicos propios de una celebración solemne, en la que no harán uso de la palabra. Presidirá el cardenal arzobispo de Madrid, acompañado de bastantes obispos españoles».
