En plena crisis, el cardenal Ouellet pide ayudar a las familias

El primado de Canadá comenta conclusiones del Encuentro Mundial en México

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CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 21 de enero de 2009 (ZENIT.org-El Observador).- El papel de los latinos en Norteamérica y la necesidad de que los gobiernos apoyen a las familias en estos momentos de crisis económica y social, son dos de los argumentos que el cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Quebec y primado de Canadá, afronta en esta conversación.

El encuentro con ZENIT-El Observador tuvo lugar en el contexto del VI Encuentro Mundial de las Familias, celebrado del 14 al 18 de enero en México, en particular en el Congreso Teológico Pastoral, en el que intervino con la ponencia «¿Cuáles son los valores por descubrir y redescubrir?».

–La presencia de los católicos latinoamericanos en los Estados Unidos revitaliza aquella Iglesia, ¿Cómo se da esta dinámica en Canadá? ¿Cuál es el papel evangelizador de los latinos en la Iglesia canadiense?

–Cardenal Marc Ouellet: En los últimos años en Estados Unidos se nota un crecimiento en la conciencia de la Iglesia de esta realidad; en los seminarios de los Estados Unidos -Florida, California y en otras partes- hay una preocupación para que los sacerdotes aprendan español y hay un buena proporción que lo hace, para poder atender a las comunidades que vienen de otras partes. Eso es un hecho cultural nuevo que indica el peso de la comunidad latinoamericana en los Estados Unidos.

Creo que no podemos decir exactamente lo mismo para Canadá; pero va creciendo esta apertura, esta acogida y el testimonio de América Latina; en particular desde Aparecida yo veo una Iglesia continental que se une más y que tiene como más claridad en cuanto a su misión evangelizadora, y con el lema muy claro de que tenemos que formar discípulos misioneros; eso es una fuerza extraordinaria. La misión continental que comienza con este impulso dado por Aparecida promete frutos, no sólo para Latinoamérica, sino también para el Norte (de América) y toda la Iglesia.

–Es un hecho que existen familias divididas: matrimonios divorciados y vueltos a casar, familias monoparentales, entre otras situaciones, ¿Cuáles son los caminos para fortalecer la institución familiar?

–Cardenal Marc Ouellet: Me parece interesante lo que el señor presidente de México habló en la inauguración: que el estado debería apoyar y considerar a la familia como patrimonio muy importante. Dijo también que no todos tienen la oportunidad o la felicidad de tener una familia, con un padre y una madre e hijos y una buena educación. En este caso los cristianos no son indiferentes respecto a estas situaciones difíciles.

Hoy en día hay que fortalecer a la familia como tal y no solamente fortalecerla de manera individual, como familia, sino suscitar asociaciones de familias para que tengan una fuerza pública, de tal manera que sea más escuchada por el Estado y que sea reconocida como sujeto social, porque no sólo los individuos tienen derechos. Si queremos resolver a largo plazo problemas de familias monoparentales y todo eso, la mejor estrategia es la prevención, mejor dicho, ayudar a las familias a tener consistencia, estabilidad y así ayudaremos a disminuir los factores y fenómenos particulares.

–¿Cómo considera usted que impacta la crisis económica mundial a la familia? ¿Qué esperanzas ha aportado el Encuentro Mundial de la Familia en este sentido?

–Cardenal Marc Ouellet: Hay muchas familias que viven en condiciones económicas difíciles; hace un año cuando los precios del petróleo estuvieron a 140 dólares eso fue una tragedia. Hemos visto en varias partes grupos y gente gritando que ya no podía comprar los alimentos básicos porque el precio del petróleo hizo subir a las estrellas los demás precios.  La crisis económica mundial -que no depende sólo del petróleo ahora sino de una mala administración- impacta a la familia en los elementos básicos de su vida, el alimento y la educación, porque si deben invertir el dinero en los alimentos, ¿cómo hacen para sostener la educación, el colegio? Los problemas se multiplican.

Creo que la reflexión de este encuentro mundial es riquísima. Se habló del influjo de la comunicación sobre la vida familiar, sobre la cultura en general. Es importante para los que trabajan en este campo y tienen una responsabilidad social. Es importante que desarrollemos actitudes favorables a la familia y no solamente a la libertad individual como actualmente en la cultura; que se piense en la familia, en su estabilidad, en su unidad. Ayudar para que se pueda educar con paz a los hijos y no que tengan todos estos mensajes que complican la labor de los padres y de las madres en el hogar.

Hay mucho que se pueden transmitir como una buena noticia de la familia cristiana al mundo entero. Este es el testimonio de la Iglesia católica. Espero que este testimonio hermoso de la Iglesia católica sea, cada vez más reconocido porque es un aporte extraordinario a la paz y a la civilización.

Por Gilberto Hernández García

 

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ZENIT Staff

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