COLOMBO, miércoles 4 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- El obispo de Jaffna, monseñor Thomas Savundaranayagam, ha dado por concluido el ayuno general que su diócesis estaba realizando en los últimos días para pedir al Gobierno que detenga la ofensiva contra el Frente Tamil para permitir poner a salvo a la población civil afectada, según informa hoy la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN).
El prelado había convocado vigilias de oración y ayuno general en la diócesis, desde el pasado 28 de enero, para pedir al Gobierno que frenara las incursiones aéreas y los bombardeos en la zona de Vanni, territorio de la diócesis de Jaffna, donde habían quedado atrapados cientos de miles de civiles sin posibilidad de huir.
Desde entonces, los fieles católicos, entre ellos sacerdotes y monjas, se turnaban para ayunar ante las puertas de la catedral de St. Mary en grupos de unas 600 personas, para pedir al Gobierno que acabara "con esta insoportable tragedia humana".
En estas concentraciones participaban también desde el primer momento, según revela la agencia Asianews, representantes de otras confesiones cristianas e hindúes, así como miembros de asociaciones civiles del país.
Monseñor Savundaranayagam ha dado por concluido el ayuno al recibir este lunes el presidente de Sri Lanka, Mahinda Rajapaksa, al nuncio apostólico, el arzobispo Mario Zenari, quien portaba un mensaje del obispo de Jaffna pidiendo el alto el fuego.
El prelado cree que esta vez el presidente Rajapaksa "ha escuchado nuestras preocupaciones y está dispuesto a actuar". "Hasta ahora, nadie quería escucharnos. Decidimos empezar a rezar y a ayunar con la esperanza de que se ablandaran los corazones de estos responsables", explica a AIN.
También Cáritas Internationalis se hace eco del llamamiento por el cese de las hostilidades. Según Cáritas Sri Lanka, cerca de 250.000 personas han quedado atrapadas en la zona de Vanni, en medio del fuego cruzado entre las fuerzas gubernamentales y el Frente Tamil (LTTE), sin poder escapar ni recibir ayuda humanitaria.
Precisamente en los últimos días, según datos locales recogidos por Asianews, 400 civiles habrían muerto y más de 1.400 habrían resultado heridos en los enfrentamientos armados.
Uno de los ataques habría destruido el hospital de Puthukkudiyiruppu, matando a más de una docena de personas. También Cáritas Sri Lanka ha informado sobre la destrucción de una de sus sedes en Vanni.
El propio obispo de Jaffna, monseñor Savundaranayagam, había visitado de incógnito la zona el pasado mes de diciembre, y había alertado contra la "tragedia humanitaria" que sobrevendría si no se creaba una zona de seguridad para los civiles.
Además de los ayunos de los últimos días, los obispos católicos y anglicanos de todo el país habían realizado continuos llamamientos al alto el fuego. La comisión "Justicia y Paz" de Jaffna (HUDOC) había enviado al secretario de la ONU, Ban Ki-Moon, y a las embajadas con sede en Colombo, un memorándum sobre la situación con el título Stop the Human Tragedy in the Vanni!, el pasado 28 de enero.
Esta comisión envió el 31 de enero una carta tanto al Gobierno como al líder de los Tamiles, Vellupillai Prabhakaran, con copia a Naciones Unidas, para que establecieran un corredor humanitario que permitiera desalojar a los civiles atrapados.
Por Inma Álvarez