CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 4 mayo 2009 (ZENIT.org).- En tiempos de crisis económica, el cristiano no sólo piensa en sus necesidades sino que sale al paso también de las dramáticas situaciones que le rodean para manifestar a otras personas el consuelo del Señor; explica Benedicto XVI.
El pontífice reflexionó sobre el deber de la solidaridad este sábado al recibir en audiencia a los miembros de la Papal Foundation (http://www.thepapalfoundation.com), institución estadounidense que este año ha entregado al Papa 7.568.748 dólares que serán destinados en obras de caridad y evangelización.
"Nuestro encuentro tiene lugar este año en un momento en el que todo el mundo está luchando con una situación económica sumamente preocupante", dijo el Papa hablando en inglés.
"En momentos así --reconoció--, se siente con fuerza la tentación de ignorar a aquellos que no tienen voz y pensar sólo en nuestras propias dificultades. Ahora bien, como cristianos somos conscientes de que, especialmente cuando los tiempos son difíciles, tenemos que comprometernos más a fondo para hacer que el mensaje consolador del Señor sea escuchado".
"En vez de encerrarnos en nosotros mismos --aseguró--, tenemos que seguir siendo faros de esperanza, de fuerza y de apoyo para los demás, especialmente para los que no tienen a otro que les cuide y asista".
El obispo de Roma dio las gracias a la Papal Foundation, pues "a través de la generosidad de muchas personas, permite prestar una asistencia preciosa en nombre de Cristo y de su Iglesia".
En nombre de los miembros de la fundación, entregó el donativo de la Papal Foundation el cardenal William Henry Keeler, arzobispo emérito de Baltimore.
La cantidad de dinero entregada al Papa servirá para apoyar 84 donaciones, a las que se destinan 6.910.773 dólares. El resto del dinero recogido este año por la fundación (657.975 dólares) servirá para financiar becas que permitirán a sacerdotes, religiosos y laicos estudiar en universidades o instituciones pontificias.