JERUSALÉN, martes, 12 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el texto de la oración que Benedicto XVI escribió en el papel que introdujo en la mañana de este martes en una de las hendiduras del Muro de las Lamentaciones.
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Dios de todos los tiempos,
en mi visita a Jerusalén, la «Ciudad de la Paz»,
morada espiritual para judíos, cristianos y musulmanes,
te presento las alegrías, las esperanzas y las aspiraciones,
las angustias, los sufrimientos y las penas de tu pueblo esparcido por el mundo.
Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,
escucha el grito de los afligidos, de los atemorizados y despojados;
envía tu paz sobre esta Tierra Santa, sobre Oriente Medio,
sobre toda la familia humana;
despierta el corazón de todos los que invocan tu nombre,
para caminar humildemente por la senda de la justicia y el amor.
«Bueno es el Señor con el que en él espera,
con el alma que le busca» (Lamentaciones 3, 25)
[Traducción del original inglés realizada por Jesús Colina
© Copyright 2009 – Libreria Editrice Vaticana]