La espiritualidad popular, la mayor riqueza de la fe de los peruanos

Entrevista con monseñor Héctor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana

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ROMA, lunes, 18 mayo 2009 (ZENIT.org).- Los obispos de Perú han visitado este lunes a Benedicto XVI «para mostrar la adhesión filial al Santo Padre porque «él es el Pedro», explica a ZENIT el obispo Héctor Miguel Cabrejos, presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y arzobispo de Trujillo.

Un 88 por ciento de la población peruana es católica. El territorio peruano cuenta con siete arquidiócesis y nueve diócesis. Más de la mitad de las parroquias están ubicadas en el interior del país en lugares de difícil acceso.

El prelado, quien recientemente fue reelegido en su cargo para un período de tres años (2009-2012) habló con ZENIT sobre los principales desafíos y riquezas de la Iglesia en su país, así como las expectativas de esta visita «ad limina apostolorum» (al Papa y a sus colaboradores de la Curia Romana) que «siempre trae frutos y cosas que aprender y aplicar en el Perú».

–La Iglesia en América Latina afronta constantemente el desafío de las sectas. ¿Ve usted un gran abandono de parte de los peruanos de la Iglesia católica hacia otras confesiones?

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Yo sobre esto tengo una opinión muy personal. Lo de las sectas es bien relativo, en cuanto que la gente hace como un «tour» por las diferentes iglesias. Algunos dan vueltas, otros van por recursos financieros y, por otro lado, hay gente que después de estar prácticamente como practicantes de un grupo sectario, cuando pasa la imagen del Señor de los Milagros o de la Virgen al final se van detrás de ellos.  Con esto no quiero decir que hay que minimizar el problema pero no lo enfatizaría mucho.

–¿Cuál ve usted que es la principal riqueza de la Iglesia en el Perú y su aporte para la Iglesia en América Latina?

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Yo creo que hay una fe cristológica o cristocéntrica. Digo esto basándome sólo en un fenómeno: la imagen del Señor de los Milagros. Es una devoción que se manifiesta en una procesión que se realiza en el mes de octubre a Cristo crucificado, está extendida por todo el Perú. Pero, a parte de eso, ha trascendido las fronteras. Muchos fieles han llevado esta devoción a Europa, a Estados Unidos y a muchos otros países. Es una espiritualidad popular. Refleja un la devoción al Cristo crucificado. El pueblo peruano ama y respeta mucho la cruz, es curioso. También hay una devoción muy grande a la Santísima Virgen María. El pueblo peruano en este momento le da una especie de serenidad y tranquilidad a Latinoamérica como Iglesia. Nosotros no tenemos las turbulencias que hay en unos países vecinos. No quiero mencionar ninguno pero hay turbulencias muy fuertes. En este momento hay una serenidad, una calma y esto es para nosotros un bien y una gracia, que es producto de muchas cosas. Puede ser producto de una relación con el Gobierno, puede ser producto de la misma fe de los peruanos, producto de esa espiritualidad popular. Con esto no quiero decir que no haya dificultades. Evidentemente surgen muchos problemas, pero el panorama en general lo veo positivo.

–Me mencionaba usted la relación con el Estado. ¿Como la Iglesia ha amortiguado esa «avalancha antivida» que vemos que hay en los poderes legislativos de América Latina?

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Yo creo que en el Perú por todo este contexto hay una espiritualidad popular muy extendida y un respeto profundo a las cosas de Dios, salvo en algunos grupos y sectores. La relación con el Estado, creo yo, es muy buena. Es una relación respetuosa y libre porque el Gobierno manifiesta sus puntos de vista y la Iglesia también lo hace, pero nunca hemos llegado a un roce fuerte ni menos a un rompimiento. También en el Congreso, a pesar de sus dificultades propias, hay un espíritu de comprensión.

–Sabemos que la primera santa latinoamericana (santa Rosa de Lima) es peruana. ¿Como influyen en la espiritualidad popular las devociones a los santos nacidos en este país?  

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Los puntos de vista hay que invocarlos desde la propia historia. El Perú es una tierra de santos. Nacidos en Lima están santa Rosa de Lima y san Martín de Porres y la beata sor Ana de los Ángeles. Grandes misioneros españoles que llegaron al Perú son san Francisco Solano, santo Toribio de Mogrovejo, san Juan Macías.

Además hay unos procesos de canonización. Esto ha influido mucho en la espiritualidad popular. Creo que hay que resaltar también el mundo laico. De la experiencia que tenemos con este fenómeno de la misión continental, los laicos, a todos los niveles son los más entusiastas. Eso no quiere decir que no haya que hacer más por ellos. Yo pienso que, por ejemplo, un reto muy grande, es una formación sólida y autentica del laicado en el Perú. Una mayor difusión de la Palabra de Dios, con actitud orante, como es la famosa letcio divina, que esta desde hace siglos en la Iglesia pero que ahora se retoma con más fuerza. Entonces creo que son muchos los elementos que intervienen en el fenómeno de lo que es el Perú en este momento. El reto es muy grande para nosotros también. Hay un crecimiento vocacional interesante en los últimos años. Han crecido mucho las vocaciones al sacerdocio diocesano. No quiero decir que sobren sacerdotes, aun así faltan. Pero hay un crecimiento vocacional. Esto se puede constatar en todos los seminarios del Perú, especialmente en los diocesanos. Lo que no ocurría antes.

–¿Podría hablarnos más de los peruanos que están en proceso de beatificación?

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Están el venerable padre Pedro Urraca, sacerdote Mercedario. En la Iglesia La Merced hay una devoción muy grande. El otro es el padre Francisco del Castillo, un jesuita famoso que organizo las predicaciones de las siete palabras que hasta el día de hoy siguen, en particular la prédica del Viernes Santo, que empezaba al medio día y terminaba a las 3 de la tarde, la hora en que, según la tradición, murió Cristo. El padre del Castillo tiene un proceso de beatificación muy avanzado. Esos dos son los de mayor relevancia. Hay otros casos más.

–¿Qué frutos ha dado la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe realizada en Aparecida hace dos años?

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Hemos lanzado la Misión Continental el año pasado en la festividad de santa Rosa. Como episcopado hemos tenido tres asambleas especialmente dedicadas a la Misión Continental. Todas las jurisdicciones, cada quien con este criterio de flexibilidad, han ido lanzando sus propios programas de Misión Continental. Yo creo que es grande el entusiasmo y por eso recalco una vez más, que es importante el laicado. Los laicos son los más entusiastas. Quienes más empujan a los sacerdotes a comprometerse con esta misión. Gracias a Dios dentro de un mes comenzará el Año Sacerdotal, una especie de reflexión profunda sobre el sacerdocio de Cristo, sobre la vocación del sacerdote. Es algo extraordinario en este contexto para volver a reflexionar sobre el ser y el quehacer del sacerdote. Si uno tiene una visión panorámica de los acontecimientos en los últimos años de la Iglesia universal que tiene repercusión en las Iglesias Particulares, es muy útil. Ha habido un sínodo sobre la Eucaristía, sobre al Palabra de Dios, el Año Paulino, todo esto va uniéndose a un gran trabajo pastoral en el que la gran Iglesia universal está empeñada, y que las grandes Iglesias particulares también lo estamos. Al final es una ayuda muy grande. También hay dificultades a todos los niveles pero el punto de quiebre está en que los problemas no van mas allá, como lamentablemente sucede en todos los países.

–Como obispo de Trujillo, ¿cómo ve la situación de la Iglesia en su diócesis? 

–Monseñor Héctor Miguel Cabrejos: Le doy gracias a Dios. Es una Iglesia que va creciendo, hay un númer
o suficiente de sacerdotes, al menos para la jurisdicción, todas las parroquias están cubiertas. Estamos creando más parroquias. No quiere decir que sobren. Más bien faltan. Hay parroquias que tenemos que seguir dividiéndolas. Hay un seminario muy grande: estudian 180 seminaristas de varias jurisdicciones. Hace poco ha sido fundada la Universidad Católica de Trujillo. Está en un proceso de aprobación definitiva por parte del gobierno peruano. Nació con cinco facultades. Cuando tengan la aprobación del Estado podremos crear más facultades.

Por otro lado en Trujillo lo que quiero resaltar es la gran respuesta a las convocatorias. En Trujillo ha crecido mucho la devoción al Corpus Christi. Cada vez es más masiva. A la plaza de Armas a veces llegan 50 mil o 70 mil personas en un día. Evidentemente con arreglos de flores. Es algo muy bello. No es algo folclórico o turístico. Es realmente una devoción que crece cada vez más en esta arquidiócesis. Los retos que tenemos: la educación y la formación. El Papa ha insistido muchísimo en la formación integral del ser humano. Es un elemento clave para salir de la pobreza y de condiciones que a veces no son totalmente las mas dignas del ser humano.

Por Carmen Elena Villa

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ZENIT Staff

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