MADRID, miércoles, 20 mayo 2009 (ZENIT.org).- La 43ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales se celebra el 24 de mayo de 2009, festividad de la Ascensión del Señor, con un tema señalado por el Papa Benedicto XVI: «Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura de respeto, de diálogo, de amistad».
Con este motivo los obispos que integran la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de España han dirigido un mensaje titulado «Medios de Comunicación para la Solidaridad».
Los firmantes del mensaje aseguran que, con el lema elegido, el Santo Padre «sitúa en primer plano cuestiones importantes desde el punto de vista ético y moral que se refieren al modelo de comunicación que propician las nuevas tecnologías, destacando por un lado sus innegables valores positivos para las relaciones humanas y el desarrollo personal, social y cultural; y, por otro, advirtiendo sobre los peligros y daños que conlleva el uso inadecuado de estas mismas tecnologías que tanto han transformado la vida de la sociedad actual y con las que con tanta naturalidad conviven los jóvenes».
Es a ellos precisamente, subrayan, «a quienes dirige especialmente su mensaje el Santo Padre pues los jóvenes, a los que llama ‘generación digital’, son los que más usan estos nuevos medios».
Indican que «el Papa señala que estas nuevas tecnologías encierran grandes posibilidades de desarrollo y son un gran cauce abierto a la maravillosa capacidad humana de relacionarse con los demás» pero a la vez nos advierte, refiriéndose al uso de Internet, que «sería una pena que nuestro deseo de establecer y desarrollar las amistades `on line´ fuera en deterioro de nuestra disponibilidad para la familia, los vecinos y quienes encontramos en nuestra realidad cotidiana, en el lugar de trabajo, en la escuela o en el tiempo libre».
No podemos, por tanto, indican los obispos de la Comisión «renunciar a la auténtica relación que propicia la verdadera amistad y el encuentro con los otros por un sustitutivo ‘virtual’ que anulara o supliera la comunicación y las relaciones humanas personales y directas, sino más bien, hemos de empeñarnos en una verdadera misión evangelizadora en este ‘nuevo mundo’ digital a fin de lograr en él una cultura del respeto, el diálogo y la amistad, que el Cristianismo refuerza y trasciende».
En segundo lugar, el mensaje se detiene en la responsabilidad de los padres, afirmando que han de estar atentos «con una adecuada formación moral que acompañe el uso de las nuevas tecnologías».
«Los padres -añaden- han de estar vigilantes y propiciar un adecuado clima de familia y amistad en el hogar, para que estos auténticos fraudes de las relaciones humanas a los que hemos hecho referencia no afecten a los jóvenes, de manera especial a los más indefensos psíquicamente como son los adolescentes, provocando en ellos, en no pocas ocasiones, traumas afectivos y emocionales que condicionarán dolorosamente su futuro».
«El ciberespacio -advierten- no puede ser un terreno franco exento de la debida responsabilidad ética y moral ni del cuidado y vigilancia de los padres y educadores, así como de la acción protectora de las Autoridades, obligadas por nuestra Constitución (Cf. Art. 20, 4) a defender a los menores de los contenidos perniciosos e inadecuados».
En tercer lugar, el mensaje sugiere un mejor aprovechamiento eclesial de Internet. En este sentido sugieren que «también la Iglesia, tanto en el ámbito de la Conferencia Episcopal, como en las diócesis y demás niveles comunitarios, está llamada a sacar partido de sus enormes potencialidades para la misión evangelizadora y su propia acción comunicativa».
Y piensan que, en este sentido, «se le presenta a la Iglesia en España una gran oportunidad de cara a la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud del 2011 que tendrá lugar en Madrid y en la que están gozosamente implicadas las diócesis españolas».
En cuarto lugar proponen «potenciar en la crisis el sentido social de los medios». «La mirada al futuro y al mundo digital no nos exime -afirma el mensaje–, sobre todo en los tiempos de crisis económica que padecemos, y que afecta especialmente a los grupos sociales más pobres y desfavorecidos, de reclamar el aporte que los medios de comunicación social pueden y deben hacer a favor de una sociedad más justa y solidaria».
«Todo ello contribuirá, sin duda -afirma el mensaje–, a reconciliar a los medios de comunicación con su genuino papel social de servicio al bien común y a la ciudadanía que los justifica y legitima».
Los obispos de la Comisión no olvidan, por «sentido de justicia y solidaridad» «a los más de 5.000 periodistas, sobre todo jóvenes, en paro en estos momentos en España, según datos de las asociaciones profesionales, para los que pedimos una pronta y adecuada solución a su situación».
Por último afirman la necesidad de «más presencia de Dios en los medios». En este sentido, animan «a los comunicadores cristianos a continuar empeñados en el logro de un mayor espacio para los medios en la Iglesia y un mayor espacio para Dios en los medios comunicación, en un tiempo secularizado como el nuestro».
«Contribuir a esta misión evangelizadora es algo apasionante y esperanzador -concluye el mensaje–, ya que, como concluye el citado mensaje papal para esta Jornada, hay motivos para ello, pues ‘el corazón humano anhela un mundo en el que reine el amor, donde los bienes sean compartidos, donde se edifique la unidad, donde la libertad encuentre su propio sentido en la verdad y donde la identidad de cada uno se logre en una comunión respetuosa. La fe puede dar respuesta a estas aspiraciones: ¡sed sus mensajeros! El Papa está junto a vosotros con su oración y con su bendición'».
Por Nieves San Martín