DONG HOI, Vietnam, miércoles 22 de julio de 2009 (ZENIT.org).- La policía de Vietnam impidió por la fuerza y detuvo a un grupo de católicos que construían una estructura provisional en el recinto de la iglesia en ruinas de la parroquia de Tam Toa, en la ciudad vietnamita de Dong Hoy, este lunes 20 de julio.
«Más de veinte católicos locales fueron golpeados fuertemente, introducidos en vehículos militares y detenidos», declaró el secretario de la diócesis de Vinh, el padre Antoine Pham Dinh Phung.
El lunes por la mañana, 150 católicos de la parroquia de Tam Toa estaban construyendo una estructura temporal para el culto y para atender las necesidades religiosas. Habían colocado una cruz y un altar en el interior del recinto de la iglesia en ruinas.
Más de cien policías y agentes de seguridad llegaron al lugar. Les impidieron seguir con sus tareas y, a los que se resistieron, les lanzaron bombas lacrimógenas y les golpearon con porras y fusiles.
Los funcionarios derribaron la cruz de madera y atacaron a unas mujeres que intentaban evitar que se la llevaran, según informa la agencia UCANews.
También se llevaron láminas de hierro y otros materiales de construcción, así como dos generadores.
El responsable de las actividades pastorales de la parroquia afectada, el padre Pierre Le Thanh Hong, pidió a todos los católicos del lugar que recen por los fieles de esa parroquia, «especialmente por los que han sido heridos y detenidos en el incidente».
El sacerdote añadió que muchas cámaras de personas católicas fueron confiscadas también.
La iglesia de Tam Toa tiene un significado especial para los católicos de Vietnam. Su presencia está documentada desde el año 1631 y en el siglo XVII era la más grande de la región, con 1.200 fieles.
El actual edificio, de estilo portugués, fue inaugurado en 1887 y estaba considerado como una de las iglesias más bellas del país, según la agencia AsiaNews.
Fue dañado por un bombardeo estadounidense en 1968, durante la Guerra de Vietnam. Sólo su campanario y sus paredes permanecen en pie.
Desde el final de la guerra, los católicos locales han celebrado Misa en el interior del recinto de la iglesia al aire libre o en sus hogares.
La parroquia no tuvo ningún sacerdote residente entre los años 1964 y 2006, hasta que el padre Hong fue destinado a servir en esa área, que actualmente cuenta con unos mil fieles.
En 1997, el Gobierno declaró el lugar sitio histórico, sin la aprobación de la Iglesia local, como muestra de los crímenes de guerra llevados a cabo por los Estados Unidos.
Ello implicaba que el recinto se convertía en propiedad pública, pero los fieles insisten en que pertenece a la Iglesia.
El padre Hong ha enviado un informe sobre el incidente al obispo de Vinh, monseñor Paul Marie Cao Dinh Thuyen.
Por su parte, el secretario de la diócesis, envió este martes una carta al Comité Popular de la provincia de Quang Binh, de la que es capital Dong Hoy.
En ella, el padre Phung afirma que la Iglesia local se opone con fuerza y condena la violenta acción policial, los arrestos y las confiscaciones de las pertenencias de la Iglesia.
También insta a las autoridades provinciales a liberar inmediatamente a los detenidos, destacando que las personas heridas requieren cuidados médicos, y pide que sean devueltos a la Iglesia los bienes confiscados.
«Si nuestros requerimientos no se cumplen, el gobierno provincial tendrá que responsabilizarse completamente ante la ley», añade el texto.
El superior provincial de los redentoristas, el padre Vincent Pham Trung Thanh, también envió un mensaje a los oficiales diocesanos y a los católicos.
Y pidió a las autoridades que proporcionen una lista de los heridos para garantizar que reciban asistencia médica.
También aseguró que las parroquias dirigidas por redentoristas se reunirán y rezarán por los heridos y los detenidos.
El vicario general, el padre Francis Xavier Vo Thanh Tam, pidió a los católicos de la diócesis que expresen su solidaridad con los fieles de la parroquia de Tam Toa rezando por los heridos y con apoyo material y espiritual.
También un grupo de cincuenta católicos de Hanoi, ciudad situada a 334 kilómetros al norte de Dong Hoi, visitó el lugar del incidente este martes.
Recientemente, el obispo Thuyen ha conversado con autoridades provinciales sobre las propiedades de la Iglesia, aunque los detalles de esas conversaciones no han trascendido.
En enero, el prelado decidió establecer una parroquia y restablecer cinco subparroquias cuyos edificios se encontraban en ruinas.
El 2 de febrero, el obispo, 14 sacerdotes y unos mil católicos celebraron la Eucaristía en la iglesia de Tam Toa a pesar de las amenazas de las autoridades.
Los rumores sobre un proyecto para transformar esta iglesia en un complejo turístico han contribuido a aumentar las tensiones.