LES COMBES, domingo, 26 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI reconoció la tarea educativa de los abuelos al presidir este domingo, memoria de los santos Joaquín y Ana, el Ángelus desde la residencia de los Alpes en la que transcurre sus vacaciones.
Asimismo, el Papa pidió a los cinco mil peregrinos, congregados en la pradera del chalet de la colonia salesiana en que se aloja, oraciones por los abuelos, que "en la familia son los depositarios y con frecuencia los testigos de los valores fundamentales de la vida".
Como el Papa explicó la Iglesia celebra a los abuelos el 26 de julio pues Joaquín y Ana, según la tradición, eran los padres de la Virgen María "y, por tanto, abuelos de Jesús".
"Esta celebración lleva a pensar en el tema de la educación, que tiene un lugar tan importante en la pastoral de la Iglesia", reconoció, al dirigirse a los presentes que precedentemente habían participado en ese mismo lugar en la celebración eucarística, presidida por el obispo de Aosta, monseñor Giuseppe Anfossi.
"La tarea educativa de los abuelos siempre es muy importante --subrayó--, y lo es aún más cuando, por diferentes razones, los padres no son capaces de asegurar una adecuada presencia junto a los hijos, en la edad del crecimiento".
El Papa encomendó "a la protección de santa Ana y de san Joaquín a todos los abuelos del mundo, impartiéndoles una especial bendición".
"Que la Virgen María, quien según una bella iconografía aprendió a leer las Sagradas Escrituras sobre las rodillas de su madre, Ana, les ayude a vivificar siempre la fe y la esperanza con los manantiales de la Palabra de Dios", deseó.
Antes de despedirse de los peregrinos, el Papa recordó en particular "a todos los ancianos, en especial a aquellos que podrían encontrarse más solos y en dificultad".
Precedentemente, al comentar el Evangelio de la multiplicación de los panes, el pontífice meditó en la vocación del presbítero, recordando que la Iglesia está viviendo el Año Sacerdotal.
Del mismo modo, explicó, cuando ponen en las manos de Jesús "lo poco que son, los sacerdotes se convierten en instrumentos de salvación para tantos, para muchos".
Benedicto XVI concluirá el próximo 29 de julio sus vacaciones anuales que comenzaron el pasado 13 de julio. El resto del verano, lo pasará trabajando en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, que está situada a unos 30 kilómetros de Roma.