GRANADA, viernes 28 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Las personas conversas al catolicismo procedentes del contexto musulmán necesitan un acompañamiento específico y mayor que el que, en general, se les está proporcionando actualmente.
Ésta ha sido una de las conclusiones del Congreso de EUROJESS (Jesuitas Europeos en Ciencias Sociales), celebrado en Granada del 25 al 28 de agosto, en torno al tema de las poblaciones musulmanas en Europa.
Según explicó a ZENIT uno de los participantes, Josep Buades, S.J., los asistentes se preguntaron «cómo podemos acompañar a las personas procedentes de contexto musulmán que encuentran a Cristo y entran en la Iglesia».
Actualmente, en España las conversiones al cristianismo desde el mundo islámico no son muy numerosas; en Francia, por ejemplo, son mucho más frecuentes.
Entre las propuestas para afrontar este reto, los asistentes destacaron la necesidad de «afinar el sentido de gratuidad y la convicción de que el Señor Jesús nos ha comunicado una Buena Noticia de salvación, y nos llama a comunicarla».
«Recibir a las personas que se encuentran con Cristo, acompañarlas como catecúmenos, como neófitos, como miembros de nuestras comunidades, requiere discernimiento espiritual, conocimiento profundo de la impronta que han recibido de su antigua condición musulmana, siquiera sea sociológica o cultural», constataron.
Medio centenar de personas, entre jesuitas y colaboradores, reflexionaron y compartieron experiencias sobre el acompañamiento a musulmanes en toda Europa.
Un segundo reto percibido en el Congreso es el de «elaborar lo que significa ser cristianos, ser musulmanes, ser creyentes, en sociedades seculares, plurales y democráticas».
Esta elaboración, requiere «purificar la mirada, sanar las heridas de la historia, conocer los fundamentos teológicos de nuestras convicciones éticas y nuestras posturas políticas», constataron.
Para los asistentes, este reto implica declinar «la mirada sobre los musulmanes y exige tener una conciencia clara de nuestra identidad cristiana, expresarla, y vivir en coherencia».
El padre Buades añadió que situarse en el espacio público implica las cuestiones de reconocimiento de la libertad religiosa, de los símbolos religiosos en el espacio público, de la educación religiosa, de las relaciones entre el Estado y las confesiones religiosas.
Pero también otras que no suelen ocupar tanta atención en este ámbito, como las condiciones de acceso al trabajo, las condiciones de trabajo, la ética en los negocios y en las finanzas o los efectos de la segregación espacial sobre la cohesión social.