Israel pone problemas a las visas de sacerdotes y religiosos

Denuncia del nuncio apostólico y del custodio de Tierra Santa

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 4 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Varios exponentes de la Iglesia católica en Tierra Santa han denunciado los nuevos problemas que el gobierno de Israel está poniendo a la entrega de visados para sacerdotes y religiosos.

Como han confirmado el nuncio apostólico en Israel, el arzobispo Antonio Franco, y el Custodio de Tierra Santa, padre Pierbattista Pizzaballa OFM, las dificultades las está poniendo el Ministerio del Interior desde que ha pasado a ser controlado por Eli Yishai, líder del partido religioso Shas.

“Hay dificultades que trataremos de superar”, ha explicado monseñor Franco, quien es también delegado apostólico para Jerusalén y Palestina, en declaraciones al servicio de información religiosa de la Conferencia Episcopal Italiana, SIR.

“Si antes las visas, incluso para europeos, tenían la duración de dos años, ahora, sólo son válidas para un año”, explica monseñor Franco, reconociendo que estas restricciones podrían causar serios problemas al desarrollo del trabajo pastoral ordinario de la Iglesia.

En el pasado se dio incluso un bloqueo de las visas, cuando también estaba en la guía del ministerio de Interior el partido Shas, como ahora.

“Es un dato de hecho –afirma el nuncio–. Ahora tenemos que preguntarnos por qué se dan estas restricciones y qué se puede hacer para regresar a la práctica precedente, que era más abierta”.

El problema ha surgido mientras avanzan positivamente las negociaciones de la Comisión bilateral entre la Santa Sede e Israel para la aplicación del Tratado Fundamental (Fundamental Agreement), firmado en 1993, que permitió entablar relaciones diplomáticas entre la Santa Sede e Israel.

Los negociadores están analizando el «Acuerdo económico» por el que se regularán el régimen fiscal y las propiedades de la Iglesia.

El último encuentro de la Comisión bilateral tuvo lugar el 29 de octubre, en el que se acordó un encuentro plenario para el 10 de diciembre en el Vaticano. En esa ocasión, la delegación vaticana será guiada por el nuevo subsecretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Ettore Balestrero.

Monseñor Franco ha aclarado que “la actual negociación entre Israel y la Santa Sede sobre el acuerdo fundamental no afecta a las visas de los religiosos. Esta es una materia que tenemos que tratar de ver cómo puede superarse, pero hasta hoy no vemos nada”.

“El ambiente es de trabajo en subida”, reconoce.

Un problema grave

El padre Pierbattista Pizzaballa también ha confirmado que “hay problemas y son objetivos, se remontan ya a antes de la llegada de Shas al ministerio, pero con Shas se han hecho más evidentes”.

“Es un problema antiguo y se habla desde hace mucho tiempo. Desde hace más de un año la duración de las visas ha pasado de dos a un año. Es difícil hablar de esta situación, pues se conceden algunas visas pero otras se quedan en lista de espera. Hay algo de confusión: no se sabe si depende de una política del ministerio o de la burocracia de algunos funcionarios. Quizá es una ambigüedad buscada”.

El hecho es que “es muy difícil para las Iglesias programar su propio trabajo si no se sabe con certeza si pueden venir los religiosos o sacerdotes”, explica el superior franciscano.

En el caso de la Custodia, afirma, “este año hemos recibido visas para religiosos procedentes de los países árabes pero no de África. Dos hermanos de Congo no han recibido la visa. En el pasado, sucedía lo contrario. Vivimos, por tanto, en la incertidumbre. La burocracia se ha hecho más complicada”.

El carácter universal de la Iglesia en juego

Según considera el periodista Arieh Cohen, en la agencia católica AsiaNews.it, “está en juego el carácter internacional de la presencia de la Iglesia católica en Tierra Santa. Al igual que Roma, Tierra Santa también es un lugar en el que resulta evidente el carácter universal de la Iglesia católica”.

“Si se impide trabajar a seminaristas, sacerdotes, religiosos de todo el mundo, la oración, la pastoral en Tierra Santa, en la práctica, se da el riesgo de perder este carácter específico (la universalidad) de la presencia de la Iglesia en la tierra del Redentor”.

El sacerdote franciscano David Maria A. Jaeger, experto en relaciones Iglesia Estado en Israel ha explicado a AsiaNews.it, que “el Estado de Israel puede, de buena fe, rechazar el permiso de entrada a individuos que podrían poner en peligro la seguridad pública; pero, por otra parte, el Estado no puede arrebatar a la Iglesia el juicio sobre el personal que quiere ‘desplegar’ en Israel para sus instituciones y objetivos, venga de donde venga”.

El padre Jaeger, como jurista, reconoce: “creo que la solución para todos estos problemas está precisamente en el Acuerdo Fundamental de 1993”.

[Por Jesús Colina]

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ZENIT Staff

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