Con los anglicanos se abre “un nuevo camino” para la unidad de los cristianos

El sentido de la constitución apostólica para fieles que regresan a la comunión plena

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes 9 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- La constitución apostólica «Anglicanorum coetibus», sobre la institución de ordinariatos personales para los anglicanos que ingresan en la plena comunión con la Iglesia católica, constituye «un nuevo camino para la promoción de la unidad de los cristianos».

Lo ha asegurado un comunicado emitido por la Santa Sede al hacer público este documento de Benedicto XVI, que aparece acompañado por las «Normas complementarias», emitidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe, che servirán a su recta aplicación.

La novedad de la constitución, según aclara la nota vaticana, consiste en la introducción de «una estructura canónica que facilita esa reunión corporativa mediante la institución de ordinariatos personales», que permitirán a grupos anglicanos entrar en comunión plena con la Iglesia católica, «conservando al mismo tiempo elementos específicos del patrimonio espiritual y litúrgico anglicano».

«Esta constitución apostólica abre un nuevo camino para la promoción de la unidad de los cristianos, reconociendo al mismo tiempo la legítima diversidad en la expresión de nuestra fe común», afirma la Santa Sede.

«No se trata de una iniciativa que haya tenido origen en la Santa Sede –aclara–, sino de una respuesta generosa del Santo Padre a la legítima aspiración de estos grupos anglicanos».

«La institución de esta nueva estructura se enmarca en plena armonía con el compromiso a favor del diálogo ecuménico, que sigue siendo prioritario para la Iglesia católica», subraya la nota vaticana.

Asimismo, la Santa Sede indica que «la posibilidad prevista en la constitución apostólica de la presencia de algunos clérigos casados en los ordinariatos personales no significa de ninguna manera un cambio en la disciplina de la Iglesia acerca del celibato sacerdotal».

«Éste, como afirma el Concilio Vaticano II, es signo y al mismo tiempo estímulo de la caridad pastoral y anuncia de forma resplandeciente el reino de Dios», añade, citando el número 1579 del Catecismo de la Iglesia Católica.

La Santa Sede ha acompañado la publicación de la «Anglicanorum coetibus» y de las «Normas complementarias» con un comentario del sacerdote Gianfranco Ghirlanda S.I., rector de la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, en el que afirma que esta promulgación así como el proceso que dará origen «marcan un tiempo de acción del Espíritu».

Come explica el prestigioso canonista italiano, la constitución apostólica es esencial, pues instituye «una estructura canónica flexible, dado que se puede prever que los decretos de erección de los diferentes ordinariatos tendrán en cuenta la situación particular de los diversos lugares».

Y concluye: «como el Espíritu Santo ha guiado el trabajo preparatorio de esta constitución apostólica, así dará su asistencia en la aplicación de la misma».

Por Jesús Colina

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ZENIT Staff

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