LISBOA, jueves 26 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- “El corazón del hombre contemporáneo tiene mucha hambre de belleza, también de una belleza total, iluminada por lo trascendente”, afirma el sacerdote y poeta de Madeira Tolentino Mendonça.
El sacerdote portugués, director del Secretariado Nacional de Pastoral de la Cultura, participó este sábado en el encuentro de Benedicto XVI con 260 artistas del mundo en el Vaticano.
El encuentro sirvió para decir a los artistas que “en el interior de la Iglesia, en el interior del espacio cristiano, ellos encuentran una casa, una especie de patria”, explica el sacerdote a la agencia Ecclesia.
El arte “es siempre singular”, un “momento irrepetible” de cada artista capaz de “representar lo humano y de conmovernos hasta lo más íntimo”, asegura.
Por eso, el padre Tolentino Mendonça considera que, reconociendo lo que es “propio del discurso artístico”, la Iglesia debe promover una “alianza” con el arte.
El artista destaca el “gesto de acogimiento y de reconocimiento” del Papa, subrayando que “muchas veces, en una sociedad masificada y anónima como la nuestra, el artista, o creador, no tiene un lugar reconocido y su trabajo acaba por ser demasiado marginado”.
La Iglesia, prosigue, sitúa a cada artista “en el centro de la propia experiencia humana, como aquel que es capaz de reflejar las grandes líneas de construcción del hombre”, contribuyendo a que nuestra cultura “mire de otra manera la producción artística”.