INCHON, domingo 29 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- La Iglesia católica ve en las medidas para la recuperación de la economía “una política al servicio de los ricos”, destacó este jueves “Eglises d’Asie”, la agencia de las Misiones extranjeras de París (MEP).
El plan de relanzamiento del Gobierno coreano para sacar al país de la crisis económica produce sus efectos, con un crecimiento del PIB, en el segundo trimestre, del 10% a ritmo anual.
Pero el presidente del Comité “Justicia y Paz” de la conferencia episcopal del país ha denunciado una política “al servicio de los ricos y de los poderosos, llevada a cabo en perjuicio de los pobres”.
Monseñor Boniface Choi Ki-san, obispo de Inchon y presidente de “Justicia y Paz” ha publicado un comunicado ante la celebración del 28º Domingo de los derechos humanos, que se celebrará el próximo 6 de diciembre.
En él, el obispo denuncia “los proyectos de desarrollo llevados a cabo a marchas forzadas, que se traducen sistemáticamente en la expulsión de ciudadanos económicamente desfavorecidos”.
Como ejemplo, destaca el proyecto presidencial de “Rehabilitación de cuatro grandes ríos”, lanzado recientemente.
Este proyecto prevé el dragado y la construcción de varias presas en cuatro de los principales ríos del país, y llega después de un gran y controvertido proyecto de un canal que deberá conectar Seúl y la localidad portuaria de Busán.
Frente a las múltiples oposiciones planteadas por esta obra faraónica, el presidente Lee Myung-bak dio marcha atrás, para finalmente presentar el proyecto de “rehabilitación” de los cuatro ríos.
Sus opositores políticos denunciaron este nuevo plan como una continuación encubierta del gran canal previsto inicialmente.
En su comunicado, monseñor Boniface Choi añade su voz a las múltiples oposiciones que el proyecto de rehabilitación de los ríos suscita.
“Porque quien ocasiona la destrucción de los ecosistemas de un lugar, tendrá como consecuencia un daño irreparable al medio ambiente”, denuncia el prelado, destacando el elevado coste del proyecto (22,2 trillones de wones, unos 13 miles de millones de euros).
También señaló que este plan beneficiará en primer lugar a las empresas coreanas más grandes, once de las cuales ya han sido tenidas en cuenta para construir las 16 presas previstas.
Entre los grandes nombres de la economía coreana, figuran Hyundai, Daewoo, Samsung y POSCO.
Implícitamente, monseñor Boniface Choi destacó que el presidente Lee, ex director general de la rama dedicada a la construcción del gigante Hyundai, mantiene vínculos, al parecer estrechos, con el mundo empresarial.
En el comunicado, el presidente de “Justicia y Paz” también se refiere al caso conocido como el “incidente de Yongsan”, producido el pasado mes de enero.
En Yongsan, un distrito de Seúl, la expulsión de los inquilinos de un inmueble destinado a ser destruido en el marco de un programa de renovación urbana acabó mal.
Se produjeron disturbios, hubo un incendio y murieron un policía y cinco ocupantes del inmueble.
Según monseñor Boniface Choi, las autoridades mostraron una “actitud irresponsable” con las víctimas, “quemadas vivas en una intervención violenta de la policía”.
El incidente de Yongsan, que provocó importantes manifestaciones antigubernamentales en primavera de 2009, saltó a primera página de la actualidad el pasado mes de octubre, cuando un tribunal de Seúl dictó penas firmes de cárcel contra los inquilinos del edificio en cuestión, acusados de lanzar a los policías cócteles molotov.
“En muchos casos, los proyectos de renovación o de rehabilitación (···) no responden más que al interés de los ricos y de los poderosos, sin tomar en consideración a los pobres”, escribe el prelado.
Apoyando las declaraciones del presidente de “Justicia y Paz”, el obispo emérito de la diócesis de Suwon, monseñor Paul Choi Deog-ki, celebró una Misa al aire libre el 24 de noviembre, en la orilla de uno de los cuatro ríos afectados por las grandes futuras obras del Gobierno.
Unos 400 sacerdotes, religiosos y miembros de asociaciones de las diócesis de Seúl, Inchon, Suwon y Uijeongbu le acompañaron.
Por parte del Gobierno, las autoridades respondieron a las críticas afirmando que el proyecto de los cuatro ríos presenta todas las garantías necesarias para proteger el medio ambiente.
El ayuntamiento de Seúl aseguró que el programa de renovación urbana en Yongsan busca justamente revitalizar un distrito marcado por la pobreza.
“Las tensiones han aparecido entre los propietarios de los inmuebles y sus inquilinos quienes, expulsados, reclaman indemnizaciones más elevadas”, explicó un funcionario municipal que pidió permanecer en el anonimato.
Y añadió: “La ciudad siempre ha tenido en cuenta los derechos de los inquilinos”.