BARCELONA, martes 1 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Cuatro meses después de la aprobación de la polémica Ley de centros de culto de Cataluña, la diputada del Grupo Parlamentario catalán de Convergència i Unió (CiU), Glòria Renom, asegura que esta Ley «no responde a las necesidades de Cataluña, ni a su realidad».
Renom insistió, en una conferencia en la Universidad Abat Oliba CEU, en que la Ley es fruto del interés del Gobierno tripartito de la Generalitat (ERC-ICV-PSC): «No les gusta el país que se encontraron al llegar y quieren cambiarlo».
La diputada afirmó que el ser humano tiene dos dimensiones: la tangible y la intangible, y señaló que «los partidos políticos, y los gobiernos, se han de preocupar de las dos».
La Ley de centros de culto se refiere a la parte intangible, la de las creencias, señaló, y «el gobierno tiene la obligación de permitir el desarrollo de estos elementos intangibles».
Renom criticó especialmente dos puntos del articulado de esta Ley: la retroactividad en la aplicación de la Ley y la obligatoriedad de todos los municipios a reservar suelo para construir centros de culto de las diferentes confesiones religiosas.
Esto significa, por ejemplo, que cada uno de los 946 municipios de Cataluña debería reservar parte de su terreno para que las trece grandes confesiones que hay en la Comunidad Autónoma, según el Gobierno catalán, tengan sus lugares de culto.
Sin embargo, Renom señaló que «no hay trece grandes confesiones en Cataluña».
La diputada explicó, además, que CiU no se quiso desentender de los debates, ponencias y comparecencias sobre esta Ley, porque para su partido «éste es un tema muy importante».
Por ello, su formación realizó una enmienda a la totalidad de la Ley, y finalmente se consiguió que el tripartito catalán aceptase algunas de las enmiendas presentadas por el partido catalán.
«Es una Ley pactada», afirmó con rotundidad, la que es parlamentaria catalana desde el año 2003. Esta nueva legislación, que fue aprobada el 22 de julio, preocupa especialmente a la coalición catalana y a su diputada, que aseguró que «no hace falta ninguna Ley de este tipo».
Son muchos los colectivos católicos que se han posicionado en contra de esta Ley. Así, E-cristians, por ejemplo, ya advirtió que la Ley podría atentar contra la libertad religiosa (cf. Zenit, 17 de julio de 2009).
Por Nerea Rodríguez del Cuerpo