Propuesta para un Centro sobre los Santos Lugares de Jerusalén

La idea es crear una terminología compartida para poder dialogar

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ROMA, miércoles 2 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Un Centro sobre los Santos Lugares es la innovadora propuesta del estudioso italiano Enrico Molinaro, presentada tras una investigación de diez años en Tierra Santa.

La investigación, titulada «The Holy Places of Jerusalem in Middle East Peace Agreements. The Conflict between Global and State Identities» (Sussex Academic Press), fue objeto de debate en una conferencia internacional celebrada en Roma el 19 de noviembre.

Embajadores y expertos israelíes y palestinos participaron en la conferencia, presidida por el prefecto emérito de la Congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal Achille Silvestrini.

El acto estaba promovido por la asociación Perspectivas Mediterráneas, en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, el Centro Italiano para la Conciliación Internacional (CISCI) y la Friedrich Ebert Stiftung.

Un tema, el de los Santos Lugares, particularmente sensible para cristianos, judíos y musulmanes, además de uno de los obstáculos más delicados y controvertidos del proceso de paz en Oriente Medio, hasta el punto de haber bloqueado en el 2000 las negociaciones en Camp David entre Arafat, Barak y Clinton.

«Los Santos Lugares no son museos –explicó monseñor Alberto Ortega Martin, en representación de la secretaría de Estado de la Santa Sede– ni monumentos para turistas, sino lugares en los que los creyentes viven con su cultura y sus instituciones y que por ello deben ser salvaguardados teniendo presente, sin embargo, que lo que se quiere salvaguardar no es sólo la herencia del pasado, sino también las personas que viven allí hoy y que vivirán en el futuro».

Sería equivocado, añadió Nazmi Al Jubeh, codirector del Riwaq-Center para la conservación de la arquitectura de Ramallah, querer creer que el conflicto de Jerusalén es sólo religioso.

«Éste, en cambio, es sobre todo territorial y por eso -insistió- la solución al problema no puede retrasarse más».

Por su parte, Mark Heller del Institute for Strategic national Security Studies de Tel Aviv ofreció una reflexión sobre la función de las emociones y de las pasiones en esta antigua controversia, «elementos -en su opinión- que deben ser reservados a las relaciones humanas» y no a las que existen entre las autoridades nacionales.

Un enfoque libre de prejuicios e ideologías, y por tanto exclusivamente técnico-jurídico es el que auspició Víctor Magiar, asesor de cultura de la Unión de las Comunidades Judías Italianas (UCEI).

«Hay que separar la solución política de la religiosa -dijo-, para impedir que la política use la religión para objetivos políticos o que la religión use la política para objetivos religiosos».

Un enfoque super partes, por tanto, como el que domina la propuesta de Molinaro, quien, atento a la terminología, aclara la función de esta nueva entidad.

«No queremos imponer nada a nadie, ni a las partes nacionales ni a las comunidades religiosas -aseguró-. Estamos en cambio a su servicio y, en este sentido, hemos preferido el término «Centro» al de «Observatorio», inicialmente propuesto».

«De hecho, preferimos no controlar u observar, sino más bien responder a las peticiones de profundización y de redacción de principios que sean comunes o de un glosario común, y todo ello a beneficio de las poblaciones locales», explicó.

De la misma manera, para circunscribir la actividad del incipiente Centro, Molinari -profesor del ateneo romano «La Sapienza» y de la universidad LUISS Guido Carli- explicó el significado de la expresión «Santos Lugares».

«Hemos tomado en consideración aquello a lo que se aplica el Status Quo del 1757, a lo que se refiere la Santa Sede en el Acuerdo fundamental sellado con Israel en 1993 y a lo firmado con la OLP en el 2000″, explicó.

Por tanto, la llamada tumba de la Virgen, la Natividad de Belén y el Santo Sepulcro con todos sus edificios anexos, el Deir al-Sultan [el monasterio del Sultán] y el Santuario de la Ascensión, a los que hoy podemos añadir, según el memorándum de Cust de 1929, un funcionario de las autoridades británicas, sólo el Muro de las Lamentaciones y la Tumba de Raquel.

Sin embargo, para describir la situación actual de los Santos Lugares judíos e islámicos sería preferible evitar usar la expresión Status Quo, y sustituirla por un sinónimo como Modus Vivendi.

El Centro, inicialmente con sede en Roma, se dedicará al estudio y a la investigación, así como a la promoción y a la facilitación de las relaciones entre las comunidades.

La actividad de investigación se dirigirá tanto a la salvaguarda del respeto a la libertad de culto y de acceso a los Lugares Santos para todos, en conformidad con las prácticas de las comunidades religiosas (el Status Quo/Modus Vivendi) y del patrimonio cultural, como al mantenimiento y a la seguridad de los mismos Santos Lugares de Jerusalén y Belén.

El Centro promoverá también la conciliación y el diálogo interreligioso e intercultural a través de la asesoría administrativa, económica, fiscal, comercial y de seguridad en el área de los Santos Lugares, en el más amplio contexto euromediterráneo.

«En coordinación con los miembros del cuarteto para Oriente Medio (la Unión Europea, los Estados Unidos, Rusia y la ONU), se podrá -concluyó Molinaro- organizar también una serie de encuentros informales sobre algunos aspectos de la compleja cuestión y, en la fase final de esos encuentros, la opinión pública de las partes interesadas podrá ser sensibilizada y participar en los detalles específicos del trabajo técnico».

En otras palabras, el Centro se dirige a los gobiernos y las comunidades locales, autoridades culturales y religiosas de las que recibirá un feedback sobre el trabajo desarrollado para después corregir el tiro «tomando en debida consideración estas observaciones procedentes de las bases», como le gusta llamarlas por ejemplo a Mario Scialoja, representante en Italia del Centro cultural islámico, que también ve en este último aspecto la novedad más interesante y ciertamente inédita del proyecto.

[Por Mariaelena Finessi, traducción del original italiano por Patricia Navas]

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ZENIT Staff

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