SANTO DOMINGO, miércoles, 6 enero 2009 (ZENIT.org).- Con una emotiva celebración eucarística la archidiócesis de Santo Domingo, República Dominicana, celebró el día de la Sagrada Familia el domingo 27 de diciembre en la Catedral Primada de América, a la cual asistieron familias con sus hijos, destacándose la presencia de numerosas mujeres embarazadas.
La celebración fue presidida por el cardenal arzobispo de Santo Domingo, Nicolás de Jesús López Rodríguez y por el vicario episcopal de Familia y Vida, el padre Vladymir Pérez, así como de otros sacerdotes y diáconos. La liturgia fue preparada por representantes de las realidades y grupos que trabajan en la Pastoral Familiar, informa a ZENIT la archidiócesis de Santo Domingo.
En su homilía, el cardenal pidió insistentemente que los padres recuperen la tradición de dar la bendición a sus hijos cómo lo hacían siempre sus padres. Recordó su propia familia, que siempre lo hacían sus padres y eso les ayudó a mantener una vida de fe apegada a los valores familiares.
“Debemos tratar ante esta corriente moderna que llega incluso a las peores barbaridades, despropósitos y perversiones, tenemos que ver cómo presentamos al siglo XXI un modelo de familia que es lo que siempre se ha conservado en la tradición judeo-cristiana”, afirmó el cardenal”.
Otro punto que expuso en su homilía fue que la familia tiene que ser lo que es, no lo que otros quieren que sea. En ese sentido proclamó con fuerza: “Nosotros creemos en la familia, la defendemos y la promovemos también”.
Hablando sobre la enseñanza familiar que propone San Pablo comentó: “No podemos saltarnos aquellas cosas que son fundamentales, y si queremos reconstruir la familia que se nos está deteriorando; ya hay países que son un desastre completo porque los padres no recibieron una educación familiar después han crecido como les da la gana y ahora tienen una familia que es una balacera permanente”.
Importante es resaltar el trabajo arduo que hacen los grupos que trabajan por la familia en muchos de los cuales el propio arzobispo ha trabajado y a los cuales invitó a no cansarse de hacerlo. “Invito a las familias a sentirse convocadas, animadas siempre a vivir todo lo que estos grupos pueden ofrecernos. La única manera de arreglar el mundo, es arreglando la familia, no hay otro camino, todo el problema está jugándose ahí”.
Concluyendo la homilía invitó a los católicos a recuperar las tradiciones familiares cristianas, “no quiero que continuemos permitiendo que el paganismo esté metiéndose por donde quiera, hay que salvar y rescatar a la familia cristiana; eso nos toca a ustedes y a mi, a todos”.
Al final de la celebración fueron bendecidas todas las embarazadas que asistieron a la misa, así como los niños pequeños los cuales recibieron también una bendición especial impartida por el cardenal.