PEKÍN, miércoles 13 de enero de 2010 (ZENIT.org) Para el año 2020, más de 24 millones de hombres chinos en edad de contraer matrimonio no podrán casarse por falta de mujeres.
El hecho lo confirmó un informe elaborado por la Academia China de Ciencias Sociales, denominado “Estructura social de la China contemporánea”, publicado el pasado lunes en el diario The Global Times.
Los abortos selectivos y también los infanticidios que han sufrido millones de niñas en el vientre materno e incluso recién nacidas, han traído como consecuencia un índice de nacimiento de varones desequilibrado con respecto al de las mujeres.
Desde finales de la década de los 70, existe en China una política que restringe el nacimiento de un hijo por cada familia. No obstante dicha medida presenta un gran número de excepciones entre campesinos y minorías étnicas.
El aborto selectivo comenzó en este país desde la década de los 80 cuando, por medio de ecografías, las parejas podían conocer el sexo de su hijo. Así, en 1982 comenzó el desequilibrio con 108 varones por cada 100 mujeres.
Diez años más tarde la desproporción llegó hasta 111 hombres por cada 100 mujeres; y en el año 2000 alcanzó los 116/100. En 2005 nacían 119 varones por cada 100 mujeres.
El informe indica que las razones para que se presente este desequilibrio son complejas y varían según las distintas áreas del país. Dice el este documento que el aborto selectivo para las mujeres se realiza especialmente en las zonas rurales donde las parejas prefieren tener un hijo varón debido a la falta de un sistema de seguridad social donde los agricultores dependen de su descendencia.
Según declaraciones del investigador Wang Yuesheng de la Academia China de Ciencias Sociales el hecho podrá «provocar una ruptura en la genealogía».
«La oportunidad de contraer matrimonio será algo extraño si un hombre tiene más de 40 años. Aumentará su dependencia de la seguridad social mientras envejecen y tienen menos recursos de los que depender», aseguró el investigador chino.
Este desequilibrio traerá también consecuencias negativas a las mujeres, puesto que podría aumentar la diferencia de edad entre los miembros de las parejas.
La dificultad de encontrar esposa en algunas regiones ya provoca algunos fenómenos en contra de la dignidad de la mujer como secuestros en países limítrofes, matrimonios forzosos y tráfico ilegal de mujeres que son obligadas a prostituírse.