ROMA, lunes 18 de enero de 2010 (ZENIT.org).- Para el embajador de Israel ante la Santa Sede, la visita de Benedicto XVI este domingo a la sinagoga ha sido una buena sorpresa y un apoyo a la lucha contra el antisemitismo.
En una entrevista concedida a ZENIT, el embajador de Israel ante la Santa Sede, Mordechay Lewy, reconoce que hay algo que no podrá olvidar de esta visita: «la prensa estaba tratando de hacer estallar un ambiente de crisis antes de la visita, y los medios de comunicación quedaron muy decepcionados por el hecho de que después no se ha dado esta crisis».
Esta ha sido la verdadera sorpresa del encuentro, explica el representante israelí en el Vaticano desde mayo de 2008, reconociendo que con este gesto el Papa ofrece también una contribución a la lucha contra el antisemitismo.
En este sentido, aclara, «yo creo que es muy útil, pues el Santo Padre ha repetido y ampliado el sentido de ‘Nostra Aetate‘», la declaración del Concilio Vaticano II sobre el diálogo entre los católicos y los creyentes de otras religiones, en particular judíos.
En particular, aclara, lo que el Papa está haciendo es «ir a lo esencial de este diálogo».
Para el diplomático la visita tiene también un impacto positivo en las relaciones entre Israel y la Santa Sede, que «son de dos tipos: se da un nivel espiritual y un nivel político. Queremos que los dos estén en buena forma, y los dos están avanzando hacia la dirección adecuada».
Por lo que se refiere al nivel espiritual, el embajador recuerda que en la sinagoga estuvieron presentes los rabinos de la delegación de Israel que en este lunes han comenzado, en Roma, la reunión de la Comisión Mixta de la Santa Sede y del Gran Rabinato de Israel.
Las conversaciones tienen lugar sobre el tema «La enseñanza católica y judía sobre la creación y el ambiente».
Por lo que se refiere a la dimensión política, el representante israelí considera que «tenemos muy buenas relaciones y las estamos promoviendo a nivel cultural y a nivel de negociaciones, que proceden bien».
El diplomático se refiere a la serie de reuniones que están manteniendo representantes de Israel y la Santa Sede sobre cuestiones jurídicas y fiscales ligadas a la secular presencia de la Iglesia en los Santos Lugares y que están en el aire desde la firma del acuerdo fundamental (diciembre de 1993), que permitió el establecimiento de relaciones diplomáticas.
Por lo que se refiere a la opinión pública en Israel, el embajador considera que el impacto de la visita papal a la sinagoga no es fácil de evaluar todavía.
«En Israel tenemos que hacernos a la idea de que debemos mantener el diálogo con la Iglesia católica lo más intenso posible, pero permanecerán diferencias, y tenemos que aprender a convivir con ellas. Es un proceso de aprendizaje, desde mi punto de vista», concluye.
Por Jesús Colina
