ARMAGH, jueves 7 de enero de 2010 (ZENIT.org).- La Iglesia en Irlanda se encuentra en un “momento decisivo” a raíz de la crisis generada por los casos de abusos a menores por parte de sacerdotes y su presunto encubrimiento por parte de la archidiócesis de Dublín.

“"Nadie puede dudar que la Iglesia católica en Irlanda se encuentra ahora en un momento decisivo de su historia”.

Así lo afirmó el pasado 5 de enero el cardenal Seán Brady, arzobispo de Armagh y Primado de Irlanda, en la homilía pronunciada en el funeral por el cardenal Cahal Brendan Daly, en la catedral de San Patricio (Armagh).

El cardenal Daly, arzobispo emérito de Armagh, falleció el pasado 31 de diciembre en Belfast por una parada cardíaca, a los 92 años de edad.

El cardenal Brady presidió la misa de difuntos en nombre del propio Papa Benedicto XVI, quien envió un mensaje de condolencias por la muerte del cardenal Daly, por quien sentía un “gran afecto y estima”.

En la homilía, de la que se hace eco el diario irlandés Irish Independent en su edición de ayer, el cardenal Brady afirma que la Iglesia en Irlanda “debe continuar por el camino – iniciado por el difunto cardenal Daly – de trabajar con las autoridades civiles y comunidades para garantizar las buenas prácticas, la cooperación y la rendición de cuentas en la salvaguarda de los niños en todas las actividades de la Iglesia”.

El purpurado añadió que el cardenal Daly "habría sido muy consciente de que cuáles deben ser los próximos pasos para la Iglesia católica en Irlanda, en uno de los momentos más críticos y más difíciles de su historia".

Los escándalos de abusos a menores han causado "la ira justificada y la indignación" por parte de los fieles, y “dañado profundamente la confianza en los líderes de la iglesia”, admitió el purpurado.

"El abuso de los niños y su mala gestión vergonzosa por los encargados por Dios para proteger a sus 'pequeños' han causado grandes daños en los que fueron abusados", añadió.

Y añadió que “el único modo para una renovación auténtica consiste en el humilde servicio al pueblo de Dios” y en asegurar que los niños “estén seguros en todo ambiente de la Iglesia”.

Paz en el Ulster

El cardenal Seán Brady quiso también recordar del cardenal Cahal Daly su “incansable trabajo” por la paz en Irlanda del Norte.

“Un futuro estable, sostenible y reconciliado para el Norte sería el mejor monumento que se podría construir en memoria del cardenal Daly”, afirmó el purpurado.

El cardenal Daly fue “una figura profética e innovadora en un tiempo de grandes cambios en la historia de Irlanda”, una misión que “no se limitó a los aspectos sociales y políticos de su actividad”.

“Fue sobre todo un hombre de fe, de oración, un hombre de Dios”, concluyó.