En la familia germina el sentido de la vida, explica el Papa

Mensaje para los jóvenes de Sicilia

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PALERMO, domingo, 3 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- En la familia germina el sentido de la vida, aclaró en la tarde de este domingo Benedicto XVI a las decenas de miles de jóvenes que participaron en el último encuentro de su visita dominical a Sicilia, en la Plaza Politeama de Palermo.

La cita, en la que estuvieron presentes seis mil scouts, puso el broche de oro al encuentro eclesial regional de las familias y los jóvenes de Sicilia, motivo central del vigésimo primer viaje apostólico de este pontificado a Italia.

El obispo de Roma presentó el testimonio de Chiara Badano, joven fallecida a los 19 años por una enfermedad incurable (1971-1990), beatificada el pasado 25 de septiembre en el santuario del Divino Amor de Roma.

«Diecinueve años plenos de vida en el amor y en la luz, una luz que irradiaba a su alrededor y venía desde adentro: de su corazón lleno de Dios», aseguró .

Preguntándose cómo una joven de apenas 17 ó 18 años, humanamente sin esperanza podía difundir tanto amor, serenidad y paz, el Papa afirmó que era evidente que se trataba de una gracia de Dios preparada y acompañada por la colaboración humana, de sus padres y de sus amigos.

Al recalcar que ésta luz, que proviene de la fe y del amor, la encendieron en primer lugar los padres de la joven beata, Benedicto XVI subrayo que éste es el mensaje que traía para las familias sicilianas: «La familia es fundamental porque allí germina en el alma humana la primera percepción del sentido de la vida».

«Florece en la relación con la madre y con el padre, los cuales no son dueños de la vida de los hijos, sino los primeros colaboradores de Dios para la transmisión de la vida y de la fe», añadió.

Y el Papa exhortó a los jóvenes: «No tengáis miedo a contrarrestar el mal. Juntos, seréis como un bosque que crece, quizás silencioso, pero capaz de dar frutos, de llevar vida y de renovar de manera profunda vuestra tierra».

Y haciendo referencia a la dura realidad siciliana, subrayó: «No cedáis a las sugestiones de la mafia, que es un camino de muerte, incompatible con el Evangelio».

Al regresar a Roma, de camino al aeropuerto de la isla, el Papa se detuvo para rezar ante el lugar en el que fue asesinado el juez Giovanni Falcone, en mayo de 1992, por la Mafia.

El Santo Padre bajó del coche y presentó un ramo de flores junto a la carretera, permaneciendo en oración durante unos momentos, en los que recordó a todas las víctimas de la Mafia, según ha explicado el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede.  

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ZENIT Staff

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