ZAGREB, lunes 4 de octubre de 2010 (ZENIT.org).- El problema del invierno demográfico en Europa no es sólo debido a la falta de políticas familiares, aunque esto también influya, sino de una presión cultural, según los obispos de Europa.
Así lo afirman en el Mensaje final de la 40° Asamblea General del Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), que ha tenido lugar este fin de semana en Zagreb (Croacia).
Los obispos europeos constatan que existe un claro decrecimiento demográfico, y afirman que su verdadera causa no es “el tipo de políticas familiares que los diversos países establecen”, aunque “éste tiene seguramente una influencia”.
“Esto no parece suficiente para explicar la grave y generalizada denatalidad que ha sido calificada como invierno demográfico”, afirman, sino más bien “el clima cultural difundido, que incide no poco en los comportamientos personales y sociales”.
A modo de ejemplo, señalan que es “seriamente preocupante”, el “debate de estos días en el Consejo de Europa, que quiere limitar el derecho a la objeción de conciencia del personal médico para hacer más fácil el acceso al aborto”.
Por eso, recuerdan que la Iglesia”no cesa de afirmar los valores fundamentales de la vida, del matrimonio entre un hombre y una mujer, de la familia, de la libertad religiosa y educativa: valores sobre los cuales se implanta y se garantiza cualquier otro valor declinado en el plano social y político”.
Ante este panorama, los obispos piden a los católicos “una fe más consciente y documentada para poder valorar con sentido crítico la cultura dominante que ha puesto en discusión valores como la vida humana desde su inicio hasta su fin natural, la persona en su estructura objetiva, la libertad como responsabilidad moral, la fidelidad, el amor, la familia”.
“Todo esto hace ver que además de la necesidad de tener bien arraigada y viva la fe, es necesario creer en la capacidad de la razón de descubrir la verdad de las cosas en sí mismas y de la ética”.
Por último, subrayan la importancia del testimonio de los fieles: “las muchas familias que acogen la presencia de Jesus y viven según la verdad de la familia, no cesan de dar testimonio de la belleza y de la correspondencia al corazón del hombre de cuanto la Iglesia proclama mostrando que es posible vivir en familia como Cristo invita”.
Política familiar
También sobre este tema habló el cardenal Peter Erdö, arzobispo de Esztergom-Budapest y presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), durante su discurso de inauguración.
“Una consecuencia clara del malestar de nuestra sociedad” es “el problema demográfico y su necesario vínculo con la cuestión de la familia”, en el centro de la reflexión del CCEE.
“La familia y la vida son parte integrante del plan de Dios y son la manera como Dios nos hace pregustar la plena comunión con Él”, afirmó el cardenal Erdö.
Señaló también que hoy parece difundirse una cultura incapaz de contemplar “la belleza del amor entre un hombre y una mujer, que se unen para toda la vida y que hacen de su amor un don para acoger y educar a nuevas personas”, que “es y será siempre la más bella imagen de Dios”.
Por eso, afirmó, “falta la disponibilidad para un sí a la vida. La organización de la vida humana moderna hace difícil mantener una familia numerosa. Las mujeres no son suficientemente valoradas en su maternidad. La crisis económica y el paro entran en muchos hogares trayendo angustias y miedos”.
Esta crisis de la familia “es un aspecto de la crisis cultural: si vivimos en el momento y para el momento, perdemos el vínculo no sólo intelectual, sino también biológico y psicológico con el futuro, y no nos sentimos unidos y apoyados por el conjunto de la creación”.
Por ello, concluyó, la Iglesia “invita a llevar a cabo políticas adecuadas a las necesidades reales de la familia, y pide que medidas de ayuda concreta se adhieran y sean más eficaces a la realidad de la familia”.