NUEVA YORK, jueves 4 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- La solución del conflicto entre israelíes y palestinos supone una parte vital de la búsqueda de una salida a los numerosos problemas que sumen en el “caos” a todo Oriente Medio, muchos de los cuales tienen serias repercusiones en el resto del mundo, según la Santa Sede.
Monseñor Francis Chullikatt, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, afirmó esto el pasado martes, antes de la reunión del Comité Especial sobre Política y Descolonización y la Agencia encargada de los Refugiados Palestinos en el Oriente Próximo.
"La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) y la Misión Pontificia para Palestina”, reiteró monseñor Chullikatt, "llevan trabajando casi 60 años para asistir a los refugiados palestinos proveyéndoles servicios médicos, educativos y sociales, que normalmente deberían ser responsabilidad de la autoridad gobernativa local".
"Además", añadió el prelado, “mi delegación tiene confianza en que allí hay hombres y mujeres de buena voluntad que tienen el deseo y la dedicación para promover el establecimiento de esa autoridad gubernamental".
La Historia se repite
El arzobispo recordó a la asamblea que “el punto de vista de la Santa Sede es que muchas de las cuestiones planteadas en el informe anual del Comisionado General de la UNRWA son, en esencia, los síntomas de las grandes cuestiones que se han enconado en la región durante demasiados años".
"Cada año en este encuentro nos enfrentamos con una aparentemente interminable lista de dificultades y diferencias que separan a palestinos e israelíes”, prosiguió.
El observador permanente mostró su esperanza de que el renovado proceso de paz “pueda llevar a las causas profundas de estos síntomas y, de una vez por todas, ayude a israelíes y palestinos a establecer un Estado seguro para los ciudadanos de Israel y un Estado seguro que sea patria para el pueblo palestino”.
"Cada pueblo – observó – ha sido obligado durante casi seis décadas a vivir bajo la amenaza de actos explosivos de terrorismo o de incursiones militares que han provocado a menudo la muerte de civiles inocentes, niños, adolescentes y ancianos”.
Monseñor Chullikatt urgió a las partes involucradas a hacer frente a las negociaciones, "la comunicación mutua y el intercambio respetuoso de posturas, de manera responsable, sin demora".
La clave de la resolución de muchas de las situaciones que provocan el caos en la región de Oriente Medio está profundamente conectada con la resolución del conflicto palestino-israelí, afirmó.
El prelado reiteró que después de seis décadas de conflicto, “es el momento ahora de sustituir este fracaso con la determinación de recurrir a la negociación en lugar de a la violencia”, con el fin de "lograr la estabilidad y la paz en Tierra Santa”.
Al respecto, monseñor Chullikatt pidió a la comunidad internacional que “continúe sus esfuerzos para facilitar con rapidez el acercamiento entre ambas partes".
Jerusalén, ciudad de todos
La Santa Sede, añadió, “subraya una vez más que una solución duradera debería incluir el estatus de la Ciudad Santa de Jerusalén”.
“A la luz de los numerosos incidentes violentos y de las limitaciones al libre acceso provocadas por el Muro de Seguridad”, la Santa Sede renueva su apoyo a que se adopten “disposiciones garantizadas internacionalmente para asegurar la libertad de religión y de conciencia de sus habitantes, así como acceso permanente, libre y sin trabas a los Santos Lugares de los fieles de todas las religiones y nacionalidades".
[Traducción del inglés por Inma Álvarez]