La basílica de la Sagrada Familia acentuará su dimensión espiritual

El presidente de la Junta Constructora afirma que el templo inicia una nueva etapa

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BARCELONA, martes 9 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- Después de que el Papa dedicara la basílica de la Sagrada Familia este domingo, empieza una nueva etapa para la catedral de Gaudí en la que se acentuará su dimensión espiritual.

Lo declaró este domingo el presidente de la Junta Constructora del templo, Joan Rigol, a un grupo de periodistas convocados junto al templo barcelonés después de la misa presidida por Benedicto XVI.

“Yo quiero que mañana, cuando la gente visite la Sagrada Familia, venga no sólo a ver una obra en curso o un maravilloso monumento, sino que sepa identificar este monumento con los elementos” de un templo cristiano”, dijo.

“Por tanto -añadió-, intentaremos invitar también al silencio, a la contemplación del arte, y que este arte lleve también a los creyentes a la manera como Jesucristo nos enseñó a amar a la gente”.

Para ello, en concreto, el templo reservará un espacio para la oración, ante un altar situado detrás del ábside, tras el altar mayor.

“Quien quiera venir a recogerse, a rezar”, podrá hacerlo en “un espacio de silencio que intentaremos respetar”, separado “de todo lo que es el resto de visitantes”, explicó Rigol.

Según Rigol, el Papa convirtió este domingo “una obra en curso en un templo cristiano y a la vez en un espacio del espíritu para que todos los que nos visiten, sean creyentes o no, mirando esta maravilla puedan encontrarse en paz consigo mismo y que les salga lo bueno y mejor de lo que todas las personas llevamos dentro”.

Hasta ahora, entre ocho y diez mil personas de todo el mundo visitaban cada día la Sagrada Familia, la mayoría de ellos atraídos por la original arquitectura de Gaudí. Tras el acto del domingo, se prevé un destacado aumento de visitantes.

“Con su dedicación de esta iglesia -continuó-, el Papa la ha puesto en el mapa de la Iglesia universal: esto es un reto importante para todos nosotros porque quiere decir que la Sagrada Familia tiene que irradiar unos valores que puedan llegar a todos”.

“Y tiene que ser un lugar donde la gente vea todo lo que son los problemas humanos, los del Tercer y Cuarto Mundo, y que esto sea una plataforma para dar voz a esta hermandad”, añadió.

La basílica estará dedicada especialmente “a grandes acontecimientos que van viniendo, que no se planifican”, “a ceremonias potentes y fuertes”, explicó el presidente de la Junta Constructora.

Será el consejo episcopal de Barcelona (el cardenal, el obispo auxiliar y los vicarios episcopales) el que dará la dimensión de culto del templo y definirá qué misas se celebran allí.

En definitiva, para Rigol “ahora empieza una nueva etapa, que exigía un nuevo impulso como el de esta ceremonia” del domingo.

Por otra parte, Rigol destacó que “la venida del Papa y la dedicación del templo han significado también entregar este templo” a la ciudad y al mundo.

Tras la celebración del domingo, el representante de la junta que construye la iglesia ofreció a Benedicto XVI “todo el trabajo que hemos estado haciendo durante tanto tiempo para desarrollar esta obra tan bonita”.

 

La Junta Constructora también regaló al Papa el primer ejemplar de un nuevo libro sobre la Sagrada Familia tal y como está ahora.

Finalmente, Rigol opinó que la celebración de la dedicación podría acelerar el proceso de beatificación del arquitecto Antonio Gaudí, ya que “el mismo Papa ha notado que esto no lo puede hacer un tecnócrata, sino que tiene que sentirse el espíritu y el sentido cristiano”.

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ZENIT Staff

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