DUBLIN, martes 16 de noviembre de 2010 (ZENIT.org).- El visitador apostólico de Dublín, el cardenal Sean O’Malley, reconoció el trabajo que ya se ha realizado en esa archidiócesis irlandesa en respuesta a la crisis de los abusos sexuales, y señaló que su tarea es “llevar una nueva mirada a la situación”.
El purpurado, arzobispo de Boston, habló este domingo en la pro-catedral de Santa María de Dublín, y afirmó que es un “honor” haber sido escogido para ser el visitador de la archidiócesis.
Benedicto XVI pidió una visita apostólica a cuatro diócesis de Irlanda en respuesta a la crisis de los abusos sexuales que estalló el año pasado. Está previsto que la primera fase de la visita se complete en Pascua de 2011.
El cardenal O’Malley se refirió en sus comentarios a sus raíces irlandesas, destacando que las familias de su padre y de su madre emigraron desde Irlanda.
Dijo que ambas familias dejaron la mayoría de sus propiedades personales en Irlanda, pero no pudieron dejar atrás su “fe católica y su gran amor a Irlanda”. “Me crié con las dos”, explicó.
“Y con este mismo amor por la gente irlandesa vengo a esta visita -continuó-. He venido a escuchar, no a ofrecer una solución rápida. He venido a escuchar vuestro dolor, vuestra indignación, pero también vuestras esperanzas y aspiraciones”.
Pastoral
El cardenal O’Malley afirmó que la visita a Irlanda es “una visita pastoral para ayudar a la Iglesia aquí en el camino de renovación”.
“En Dublín -añadió- se ha hecho ya mucho para afrontar los crímenes del pasado y desarrollar políticas adecuadas para asegurar la salvaguarda de los niños y proporcionar asistencia a las víctimas de los abusos de menores”.
“La tarea de la visita es proporcionar una nueva mirada a la situación, para verificar la efectividad de los procesos actuales utilizados para responder a los casos de abusos”, añadió.
“No estamos aquí para duplicar investigaciones o estudios del pasado. Estamos aquí para estar disponibles para encontrarnos con algunos de los que afectados por los abusos y deseamos encontrarnos con ellos”.
“Haremos lo posible para comunicarles las disculpas de una Iglesia arrepentida y la solicitud pastoral del Santo Padre”, explicó.
“Igualmente, intentaremos evaluar si las directrices de Protección de la Infancia de la Junta Nacional funcionan bien”.
El cardenal afirmó que espera encontrarse con el mayor número de víctimas posible, así como con los obispos, los sacerdotes, los religiosos y los laicos de la archidiócesis.
“Cualquiera que desee compartir su testimonio puede contactar conmigo a través de la nunciatura apostólica aquí en Dublín, para solicitar una cita, o bien enviar sus pensamientos por escrito, también a través de la nunciatura”, informó.
“Por favor, rezad”, pidió, “para que esta visita ayude a las personas de Irlanda, haga avanzar en la seguridad de los niños en la sociedad en su conjunto, y promueva la curación y la reconciliación que todos deseamos”.