JARTUM, martes 11 de enero de 2011 (ZENIT.org).- El “mayor riesgo” del referéndum que se está celebrando en Sudán del 9 al 15 de enero y en general de los proyectos separatistas en África “es el de un uso instrumental de la religión para apoyar proyectos independentistas”.
Es la alerta lanzada este sábado por Fides, la agencia de noticias dependiente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
“La población está votando en masa” en un clima de relativa calma, según monseñor Edward Hiiboro Kussala, obispo de Tombura-Yambio, en el sur de Sudán.
Sin embargo, más de treinta personas han fallecido en enfrentamientos en los últimos días en la región de Abyei, limítrofe entre el norte y el sur del país, rica en yacimientos petrolíferos y reivindicada por el norte liderado por grupos musulmanes y el sur de mayoría cristiana.
Unos 3,9 millones de electores están llamados a pronunciarse a favor o en contra de la independencia del sur de Sudán.
Los votantes viven sobre todo en el sur de Sudán, pero también un número de residentes en el norte de Sudán, originarios del Sur están registrados en las listas del referéndum así como una parte de la diáspora sudanesa en el extranjero.
Por un proceso pacífico
Precisamente para garantizar el desarrollo pacífico del referéndum, diversos organismos, instituciones y personalidades, entre ellas la Iglesia católica, están llevando a cabo diversas acciones.
El arzobispo de la diócesis sudafricana de Durban, el cardenal Charles Napier, encabeza una delegación encargada de supervisar el desarrollo de las votaciones, que forma parte de un equipo ecuménico de observadores de la Iglesia Católica y de la All African Conference of Churches.
Para el cardenal Napier, esta “oportunidad de examinar la voluntad del pueblo es un acontecimiento histórico, ya que permite a la gente común, que ha soportado el peso de la guerra civil y la exclusión del desarrollo, la posibilidad de reclamar su dignidad”.
El purpurado está acompañado en esta misión por el director del Denis Hurley Peace Institut, el padre Sean O’Leary.
Para el padre O’Leary, éste “es un voto importante, no sólo para el pueblo del sur de Sudán, sino como un posible punto de partida para la re-escritura de varias fronteras artificiales creadas en África durante la Conferencia de Berlín del 1884-85”.
“Esto tiene un significado para toda África. Podremos ver el comienzo de una nueva ola de independencias -declaró-. Al igual que en Sudáfrica en 1994, lo que estamos presenciando es el nacimiento de una nueva nación”.
Además, la iniciativa 101 días de oración, promovida por la Conferencia Episcopal de Sudán, la Conferencia Episcopal Estadounidense y el Catholic Relief Services, se ha ampliado hasta el 16 de enero.
En los últimos meses, los obispos de Sudán han acompañado el proceso que ha conducido al referéndum con la oración y diversas declaraciones y acciones, entre ellas la publicación de dos cartas pastorales -una en julio y otra en noviembre- que hablan del cambio en el país.
Desplazados
Uno de los problemas que Sudán está afrontando en estos momentos se refiere al retorno de los sudaneses del sur que vivían en el norte.
Monseñor Kussala explica que estos desplazados sufren “serios problemas, ya que tienen consigo sólo un pocos efectos personales; son recibidos por familiares y conocidos, pero para nuestro territorio es difícil absorber este flujo de personas”
Según el obispo, cerca de 30.000 sudaneses del sur que vivían en Jartum, pretenden volver al sur antes de que termine el referéndum.
Intereses
En el ámbito regional, un sur de Sudán independiente entraría dentro de la esfera de influencia económica y política de Kenia, que ya tiene una gran influencia en el país.
Según el periódico keniano The Nation, en el sur de Sudan viven 70.000 kenianos que controlan los sectores de la banca, de la aviación y de la construcción.
La construcción de nuevos oleoductos, carreteras y conexiones ferroviarias y de telecomunicaciones entre los dos países contribuiría a una mayor integración de sus economías, lo que permitiría a Kenia hacer frente al reto de sus partner/competidores regionales.
El provincial de los combonianos en Sudán, el padre Daniele Moschetti destacó algunas de las razones de la situación actual en la zona ante los micrófonos de Radio Vaticano.
“Políticamente, desde el 1956, desde la independencia de Sudán de los ingleses, siempre ha habido una guerra civil y, por tanto, se entiende el deseo profundo que tienen estas poblaciones del sur, porque nunca han sido consideradas al mismo nivel que las del norte: de hecho, el sur es mucho más pobre”, dijo.
“Después, lógicamente, está la dimensión de la Sharia, de la ley islámica vigente en el norte, que condena a los cristianos a ser ciudadanos de serie ‘B’ desde el punto de vista laboral y que no reconoce algunos de sus derechos”, continuó.
“El motivo fundamental, sin embargo, de esta lucha, de esta guerra -añadió- es el petróleo y muchos otros recursos presentes en este país”.