SAN MILLÁN DE LA COGOLLA, martes, 25 enero 2011 (ZENIT.org).- Con un presupuesto de 4,6 millones de euros y tres años de trabajos, este martes 25 de enero se presentó al público la última gran obra de restauración promovida por la Orden de Agustinos Recoletos y la Fundación San Millán: la iglesia del Monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla, La Rioja, España.
En 1878 la Orden de Agustinos Recoletos se hacía cargo de un enorme monasterio totalmente ruinoso y en continuo expolio. Casi 120 años después, en 1997, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) lo declaraba Patrimonio de la Humanidad, informa la citada Orden.
El Monasterio conserva un importante patrimonio cultural en su Biblioteca. Entre los códices más importantes están el Códice 60, donde se encuentran las Glosas Emilianenses, algunas de las primeras palabras en castellano y en euskera por las que San Millán es conocido universalmente como la “Cuna de la Lengua”. Es el primer vestigio escrito conocido en la península ibérica de la lengua romance que derivaría en el idioma que hoy hablan millones de personas.
Las principales dificultades surgieron con la aparición de las ruinas del antiguo monasterio románico que data del año 1067. Esto suscitó una polémica sobre el cubrimiento o no de los vestigios arqueológicos. De hecho, la intervención planificada era mucho más discreta y se pensaba que la ejecución tardaría sólo unos meses. Finalmente las obras se han prolongado casi dos años.
Toda la iglesia es un gran cementerio. Desde su primitiva consagración, en el siglo XI, y hasta finales del XIX, se utilizó para este fin. Miles de esqueletos aparecieron durante la restauración. Todos fueron exhumados e incinerados. La comunidad celebró una ceremonia para devolver las cenizas al lugar de la iglesia en el que habían sido encontrados los cuerpos.
La arqueología ha aportado descubrimientos de gran trascendencia para la historia del arte. Por primera vez se hizo una excavación del conjunto de la iglesia. Antes sólo se hicieron pequeñas “catas”. Posiblemente estemos hablando de la primera gran iglesia del románico español, anterior incluso a la catedral de Jaca, aunque aún falta la opinión definitiva de los expertos.
El 25 de mayo de 2005, los agustinos recoletos firmaban en el monasterio de Yuso un acuerdo con las fundaciones Caja Madrid y San Millán para la restauración integral de la iglesia de la Asunción con un presupuesto de 4,6 millones de euros. Cada una de las fundaciones aportaría dos millones y la Provincia de San José de la Orden de Agustinos Recoletos los 600.000 euros restantes. Las obras comenzaban en noviembre de 2007 y han terminado en enero de 2011.
La restauración integral de la iglesia de la Asunción resolvió los problemas de conservación que afectaban tanto a la materia y estructura de la fábrica como a su valor estético y a su capacidad expresiva. Los daños causados por la humedad eran realmente serios.
A la restauración se unió un plan para la difusión y conocimiento del proyecto. Desde 2007, los talleres educativos sobre arquitectura, paisaje, conservación de bienes muebles y arqueología permitieron a más de 3.600 alumnos de distintos colegios conocer de cerca la obra, a través de un aula didáctica en la propia iglesia del monasterio.
La Asunción volverá a ser usada como iglesia parroquial del pueblo de San Millán de la Cogolla y se incluirá de nuevo en la visita guiada para el turismo.
El obispo de la diócesis, Juan José Omella, presidió este martes la primera eucaristía en este grandioso templo que ha recuperado su antiguo esplendor.
El prior general y el vicario general de la Orden de Agustinos Recoletos se desplazaron desde Roma para asistir a la inauguración. El gobierno autonómico de La Rioja estuvo representado por su presidente Pedro Sanz; el consejero de Educación, Cultura y Deportes; el director general de Cultura, y la coordinadora de la Fundación San Millán. Por la entidad financiera Caja Madrid asistió su presidente Rodrigo Rato, y el director de la Fundación Caja Madrid. Asistió también el director del departamento de Conservación del Patrimonio Histórico Español.
La restauración del Refectorio (antiguo comedor monacal) está muy avanzada. En esta ocasión, los religiosos han contado con la financiación económica de la empresa Ferrovial que ha invertido alrededor de medio millón de euros.
El año pasado se estrenó la iluminación exterior e interior del monasterio de Yuso, un proyecto en el que colaboró la Fundación Iberdrola con 120.000 euros.
Aumentan los visitantes, las actividades son cada vez más numerosas y los agustinos recoletos multiplican su tarea para acoger a todos. La Orden calcula que, hasta la fecha, el Gobierno Regional de La Rioja ha invertido en el monasterio en torno a los 16 millones de euros.
El encargo de guardar para la Humanidad este monasterio se inició en 1878 cuando tres frailes agustinos recoletos llegaron al valle de San Millán para hacerse cargo del monasterio de Yuso. Lejos queda aquel edificio que encontraron, un enorme recinto totalmente ruinoso y en continuo expolio. Desde que en 1997 la UNESCO declarase el conjunto monacal de Yuso y Suso Patrimonio de la Humanidad, los quehaceres de la comunidad se han multiplicado.
Hoy el Monasterio de Yuso tiene vida propia, encarnada en los religiosos que viven en él. Aumentan los visitantes, las actividades son cada vez más numerosas y los agustinos recoletos multiplican su tarea para acoger a todos: peregrinos del Camino de Santiago, estudiosos en busca de las raíces de la Lengua Castellana y del Euskera, espíritus inquietos en busca del remanso de paz que se encuentra en su Casa de Espiritualidad y turistas de todo el mundo en busca de la belleza y la cultura salvaguardada por estos frailes.