ROMA, domingo, 30 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Trabajando en la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México, Gonzalo Meza se enfrentaba día tras día al sufrimiento de quienes intentaban llegar a Estados Unidos.
Fue la dura situación de estas personas lo que infundió en Meza un deseo de alimentar su esperanza, lo que le llevó al sacerdocio.
Hoy el padre Meza es un sacerdote de la diócesis de San Antonio, Texas, que estudia en Roma en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. En esta entrevista, nos cuenta su vocación.
–¿Qué le inspiró para ser sacerdote?
–Padre Meza: Trabajé algunos años en la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México, en la sección consular, y allí me di cuenta del problema de la inmigración. Comprendí cómo sufre la gente por intentar llegar a Estados Unidos. Por diversas razones tuve que leer estas tristes historias.
–¿Cómo le motivaron estas historias de inmigración para hacerse sacerdote?
–Padre Meza: Tocaba el sufrimiento de la gente y pensaba que necesitaba hacer algo. Necesitaba hacer algo para ayudar a esta gente. Necesitaba dar esperanza a esta gente. No podía darles esperanza, pero podía transmitirles esperanza y la esperanza es Cristo. Me di cuenta de que, siendo sacerdote, podría ayudar y hacer muchas cosas para ayudar a la gente, mucho más que estando en la oficina de una embajada. Era un trabajo que me gustaba, pero creo que predicar el Evangelio, dar esperanza a las personas es lo que la gente necesita de verdad. Necesitan dinero, por supuesto, pero necesitan más a Cristo.
–El cuarenta y cinco por ciento de la población de México vive por debajo del umbral de la pobreza. ¿Por qué hay tanta pobreza?
–Padre Meza: Cuando uno piensa en México piensa en un país, pero hay muchos Méxicos. Es un país de contradicciones. De un lado está la extrema pobreza y, del otro, está un montón de gente rica – un mexicano está en la lista top 10 de Forbes. México es un país de contradicciones.
–Las diferencias son enormes, ¿pero hay algún puente?
–Padre Meza: En México hay una pequeña clase media. La riqueza de México viene sobre todo del petróleo. Tenemos una gran industria petrolífera, PEMEX, una empresa petrolífera mexicana. Otra fuente de ingresos es el turismo, y la tercera fuente de ingresos son las remesas de Estados Unidos a México. La economía mexicana necesita más porque cuando se depende sólo de estos pilares es que no estás utilizando el potencial que puede dar la gente.
–Volviendo a su vocación. ¿Ha podido dar esperanza como sacerdote?
—Padre Meza: Sí, y es una hermosa experiencia predicar el Evangelio, celebrar Misa, escuchar confesiones; sólo hablar con la gente – sobre todo con los hispanos – y darles esperanza porque, como he mencionado, muchos de ellos están tristes.
–México tiene una población de 110 millones, y la mayoría son católicos romanos. El gobierno ha legalizado el aborto (en la capital). ¿Significa esto que la influencia de la Iglesia católica está bajando?
—Padre Meza: Para responder a esta pregunta déjeme decirle algo. Cuando analizamos las encuestas vemos diversas instituciones y vemos las influencias de estas diferentes instituciones en los mexicanos. Varias encuestas indican que la Iglesia es la primera en la que creen los mexicanos.
El asunto del aborto y de su legalización no ha sido porque la Iglesia haya perdido su influencia, sino porque ha sido una decisión adoptada por un pequeño grupo de personas que han decidido introducir la ley. En la mente de los mexicanos no hay una cultura del aborto porque para los mexicanos – soy mexicano y puedo decírselo – está ese sentimiento e instinto natural de proteger la vida.
Esta cultura de matar a un bebé dentro del vientre materno es una idea completamente extraña a la cultura mexicana y viene totalmente del exterior y no está dentro de los valores originales de los mexicanos. Así que, como he mencionado, esta nueva ley que permite el aborto bajo determinadas circunstancias es algo extraño a los valores y a la cultura mexicana y, por supuesto, se opone de modo absoluto a la doctrina católica.
–¿Cómo describiría la fe de los católicos mexicanos?
—Padre Meza: Esa es una pregunta interesante. Los católicos en México tiene una gran devoción y una fe verdaderamente «del pueblo», pero esta devoción nace de muchas cosas, por ejemplo, de Nuestra Señora de Guadalupe. La historia de Nuestra Señora de Guadalupe es una historia de inculturación acertada. A través de Nuestra Señora fue evangelizado el pueblo de México porque Nuestra Señora de Guadalupe llegó en un momento de gran sufrimiento para la población en la época de la Nueva España. Y se apareció como una consoladora, como una madre que consuela a su pueblo que sufre porque, en la época en que llegaron los conquistadores, hubo mucha devastación, ocurrieron muchas cosas malas, pero Nuestra Señora llegó en aquella época para evangelizar e inculturar el mensaje del Evangelio.
–¿Qué quiere decir usted con inculturación?
Padre Meza: Por inculturación quiero decir la difusión del Evangelio utilizando la cultura local – colocar el Evangelio en las tradiciones de la gente – anunciar a Jesucristo a la gente utilizando sus tradiciones, sus costumbres, su lenguaje y su forma de actuar.
–¿Nuestra Señora de Guadalupe ha tenido un impacto en su vida?
–Padre Meza: Hay un dicho: «Somos mexicanos, pero sobre todo somos guadalupanos». Mi primera misa fue en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe. Decidí confiarle mi ministerio sacerdotal. Tengo una gran devoción a Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Madre. Ella siempre está con nosotros en cada momento de nuestras vidas, a través de los momentos buenos y de los difíciles, y a través de nuestras pruebas y tribulaciones. Ella siempre está con nosotros, y no sólo los mexicanos, también los latinoamericanos tienen una gran devoción a Nuestra Señora de Guadalupe.
–¿Cuál es la situación actual en cuanto a los derechos indígenas?
—Padre Meza: El gobierno está trabajando por mejorar sus derechos y está dando pasos para mejorar la situación de los indígenas. En cierto momento, la gente se dio cuenta de que existen los indígenas y de que los indígenas tienen sus propios valores, costumbres y tradiciones y piden que estos se respeten. Los mexicanos han olvidado durante muchos años que tenían indígenas y lo hicieron de mala forma. Constituyen el 10% de la población, así que no estamos hablando de un grupo pequeño. Nos hemos dado cuenta ahora de que están ahí y de que tienen derechos. La Iglesia, la sociedad en general y el gobierno están trabajando juntos para ayudar a los indígenas.
–¿Siguen siendo los más pobres?
—Padre Meza: Sí, desagraciadamente lo son y creo que tienen muchas cosas que enseñarnos.
–¿Qué pueden enseñarnos?
—Padre Meza: Uno de los valores que aprendí de ellos es el servicio. En nuestro sistema capitalista, servimos porque esperamos ser pagados. En la tradición indígena servir es parte de sus valores, servir sin esperar compensación y hacerlo de modo espontáneo. Esto no sólo es beneficioso para los mexicanos sino para todo el mundo.
–¿Se eliminará algún día la pobreza de México?
—Padre Meza: Desde un punto de vista económico, siempre habrá pobres, pero desde un punto de vista cultural y espiritual, México es uno de los países más ricos del mundo. Podemos decir que somos ricos – el territorio fue evangelizado hace más de 500 años – y somos ricos porque tenemos a Cristo. Somos ricos porque tenemos a Nuestra Señora de Guadalupe. Somos ricos porque tenemos una gran devoción en nuestros corazones que influye en nuestros pensamientos, valores y t
radiciones. Nunca perderemos la esperanza, porque nuestra esperanza es Cristo y Cristo nos ayudará a mejorar la situación.
Esta entrevista fue realizada por Marie-Pauline Meyer para «Dios llora en la Tierra», un programa semanal radiotelevisivo producido por la Catholic Radio and Television Network en colaboración con la organización católica Ayuda a la Iglesia Necesitada.