CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 2 mayo 2012 (ZENIT.org).- La Audiencia General de este miércoles tuvo lugar a las 10,30 en la plaza de San Pedro, y Benedicto XVI se encontró con grupos de peregrinos y fieles llegado de Italia y de otros países. En el discurso en lengua italiana, el papa, continuando su catequesis sobre la oración en los Hechos de los Apóstoles, centró su meditación sobre la oración de san Esteban, el primer mártir cristiano.
En su catequesis de hoye, el papa hablósobre el testimonio y la oración del primer mártir de la Iglesia, san Esteban, uno de los siete elegidos para el servicio de la caridad hacia los necesitados.
«En el momento de su martirio, narrado en los Hechos de los Apóstoles, se manifiesta, nuevamente, la fructífera relación entre la palabra de Dios y la oración», dijo el papa.
«El testimonio de san Esteban –dijo el papa- nos da algunas pistas para nuestra oración y nuestra vida. Nos podemos preguntar: ¿De dónde este primer mártir cristiano sacó la fuerza para hacer frente a sus perseguidores y llegar hasta la entrega de sí mismo? La respuesta es simple: de su relación con Dios, de su comunión con Cristo, por la meditación sobre la historia de la salvación, de ver la acción de Dios, que en Jesucristo llegó al culmen. También nuestra oración debe ser alimentada por la escucha de la palabra de Dios, en la comunión con Jesús y con su Iglesia».
El papa señaló un segundo elemento: «san Esteban ve prefigurada, en la historia de la relación de amor entre Dios y el hombre, la figura y la misión de Jesús, Él –el Hijo de Dios–, es el templo «no prefabricado por manos humanas» en donde la presencia de Dios Padre se hizo así de cercana, como para entrar en nuestra carne humana y llevarnos a Dios, para abrirnos las puertas del Cielo».
«Nuestra oración –añadió–, entonces, debe ser la contemplación de Jesús a la diestra de Dios, de Jesús como Señor de la nuestra, de mi existencia diaria. En él, bajo la guía del Espíritu Santo, nosotros también podemos dirigirnos a Dios, entrar en contacto real con Dios con la confianza y el abandono de los hijos que acuden a un Padre que los ama infinitamente».
Se puede leer la catequesis completa en: http://www.zenit.org/article-42111?l=spanish.
Tras la catequesis, el papa se dirigió a los distintos grupos lingüísticos haciéndoles un resumen de sus palabras en su lengua.
Dirigiéndose a los peregrinos de habla hispana, les dijo: «En la catequesis de hoy volvemos a contemplar cómo en la oración, la lectura y meditación de la Sagrada Escritura nos conducen a la escucha de Dios que nos habla, dándonos luz para entender el presente. Así, al reflexionar sobre el ejemplo de oración de San Esteban, podemos ver cómo el primer mártir, delante del tribunal que le condena, hace esa lectura y meditación, explicando la historia de la salvación, narrada en la Biblia, desde la luz de Cristo, para demostrar que en Él se cumplen las profecías antiguas y se inaugura un nuevo culto, que sustituye a los antiguos sacrificios por el ofrecimiento de sí mismo en la cruz. Al ser llevado al suplicio, Esteban se hace uno con el Señor, y su reflexión sobre la Escritura se convierte en participación con la oración de Jesús en su agonía, de modo que, movido por el Espíritu Santo, puede hacer suyas las palabras que Cristo pronunció desde la cruz, dirigiéndolas ahora al Señor Resucitado, que se le presenta glorificado a la derecha del Padre. En nuestra oración estamos llamados también a descubrir la acción de Dios en la historia, que tiene su culmen en Cristo y a confesarlo como Señor de nuestras vidas».
Y luego saludó a los diferentes grupos: «Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España, México, Venezuela, Perú, Argentina, Chile y otros países latinoamericanos. Invito a todos a dirigir nuestra plegaria confiada a Dios Padre que nos ha revelado su amor infinito en Jesús».