Por Antonio Gaspari
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 28 mayo 2012 (ZENIT.org).- En relación a la evolución de los hechos tras el arresto de Paolo Gabriele, el ayuda de cámara del papa, que habría sustraído y copiado documentos reservados, el padre Federico Lombardi ha precisado que por el momento no hay otras personas investigadas y que el imputado ha declarado querer colaborar, mientras que la Santa Sede "no tiene intención de hacerse condicionar por la presión mediática".
Durante un encuentro con periodistas, en la Sala de Prensa vaticana, hoy por la tarde, el padre Lombardi explicó que el ayuda de cámara del pontífice fue arrestado "porque fue sorprendido en posesión de documentos reservados".
Sobre nuevos posibles arrestos, el padre Lombardi dijo: "Desmentido en el modo más total" que haya un cardenal ya sea "italiano o no italiano" que sea "sospechoso en modo especial" para los investigadores que indagan sobre las fugas de noticias de los documentos reservados.
Respecto a las hipótesis que circularon esta mañana en Roma, el director de la Sala de Prensa vaticana añadió: "Desmiento que haya alguna mujer investigada".
Pero esto no quiere decir que las investigaciones no continúen. De hecho la comisión cardenalicia creada ad hoc por el pontífice, presidida por el cardenal Julián Herranz y compuesta por los cardenales Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi, está escuchando a "diversas personas, entre ellas cardenales responsables de las distintas oficinas de la Curia".
Respecto a artículos de prensa que señalaban la fuga de documentos como parte de una lucha de poder que se estaría desarrollando dentro de la Curia vaticana, el padre Lombardi afirmó: "No tengo ningún motivo para dar explicaciones de ese tipo, más bien es exagerado y no fundado el modo de leer estos hechos".
En este sentido el padre Lombardi subrayó que "no hay ninguna relación" entre el arresto del mayordomo del papa y la dimisión del presidente del Instituto de las Obras de Religión (IOR) Ettore Gotti Tedeschi. Son "asuntos que hay que distinguir netamente", subrayó.
Por lo que se refiere a las intenciones de Paolo Gabriele, el padre Lombardi leyó la declaración escrita de Carlo Fusco, el abogado de confianza del arrestado, según el cual el ayuda de cámara del papa "ha declarado al juez que ofrecerá la más amplia colaboración".
El abogado Carlo Fusco ha precisado además que "la señora Manuela Gabriele, contrariamente a lo informado por esos medios de comunicación, no se ha alejado nunca de la casa conyugal, no ha dado nunca ninguna entrevista, ni piensa hacerlo en este momento, confiada, como lo estoy yo, en la actuación de la magistratura".
Hay todavía muchas preguntas sin respuesta. En el Vaticano todas las personas que conocían a Paolo Gabriele están disgustadas.
Una persona sencilla, que empezó a trabajar en el Vaticano haciendo la limpieza en la Secretaría de Estado. Gabriele entró a formar parte de la "familia" del papa en 2006, tras estar al servicio del prefecto de la Casa pontificia, monseñor James Harvey.
Es inimaginable la idea de que "Paoletto", como lo llamaban los amigos, después de tantos años de absoluta fidelidad hubiera podido realizar un acción de este tipo.
Las preguntas más insistentes se refieren al por qué y para quién ha actuado.
Mientras tanto el papa Benedicto XVI, que en un primer momento se había declarado impresionado, dolorido y sorprendido, ha manifestado su firme voluntad de ir adelante con valor.
Ante los 50.000 de la Renovación en el Espíritu que llenaban la plaza de San Pedro el sábado 26 de mayo, el pontífice recordó: "Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se abatieron sobre aquella casa, pero esta no cayó, porque estaba fundada sobre la roca" (Mt 7, 24-25).
Y ayer domingo 27 de mayo añadió: "Donde hay división y distancia, Pentecostés trae unidad y comprensión".