CIUDAD DEL VATICANO, martes 26 junio 2012 (ZENIT.org).- El papa aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la diócesis de Merlo-Moreno, Argentina, presentada por monseñor Fernando María Bargalló, según el can. 401 § 2 del Código de Derecho Canónico y nombró administrador apostólico ad nutum Sanctae Sedis de la misma diócesis a monseñor Alcides Jorge Pedro Casaretto, obispo emérito de la diócesis de San Isidro
El párrafo 2 del canon 401 dice: “Se ruega encarecidamente al obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedare disminuida su capacidad para desempeñarlo.
La semana pasada, la prensa argentina publicó fotos de monseñor Fernando María Bargalló en una playa de México con una mujer. Posteriormente Bargalló aseguró a un canal de televisión argentino que la mujer era una amiga de la infancia y que eran fotos de hacía dos años y pidió «perdón» si alguien se ha podido sentirse escandalizado, a la vez que insistió en su «compromiso con Dios y con la Iglesia». El pasado día 23, Bargalló anunció que había presentado su renuncia al cargo en la Nunciatura de Buenos Aires.
La diócesis de Merlo-Moreno fue erigida por Juan Pablo II el 13 de mayo de 1997, y comprende los partidos bonaerenses de Merlo y Moreno, que fueron desmembrados de la diócesis de Morón. La sede episcopal fue fijada en la ciudad de Moreno. La diócesis tiene una superficie de 350 kilómetros cuadrados con una población de unos 900.000 habitantes, de los cuales se estima que el 80% son católicos.
Monseñor Bargalló fue su primer obispo, nombrado por Juan Pablo II el 13 de mayo de 1997. Tomó posesión de la sede e inició su ministerio pastoral el 28 de junio de 1997. Antes había sido obispo auxiliar de Morón desde su ordenación episcopal el 31 de mayo de 1994.
Monseñor Alcides Jorge Casaretto, designado administrador apostólico de Merlo-Moreno, fue durante 27 años obispo diocesano de San Isidro, diócesis a cuyo gobierno pastoral renunció por haber cumplido 75 años, edad que señala la norma canónica. El Papa le aceptó la renuncia el 30 de diciembre de 2011. No obstante conserva el “título” de San Isidro en calidad de emérito.
La expresión ad nutum Sanctae Sedis, incluida en el nombramiento de monseñor Casaretto, indica que permanecerá en el cargo de Administrador Apostólico hasta que la Santa Sede designe al nuevo obispo diocesano.