Por H. Sergio Mora
ROMA, miércoles 6 junio 2012 (ZENIT.org).- En una entrevista concedida a ZENIT, el jefe de redacción del Telediario 2 de la Radiotelevisión italiana (Rai), Enzo Romeo, comenta la situación creada con los documentos robados en el Vaticano.
Distinguir entre Iglesia institución e Iglesia pueblo de Dios. No culpabilizar a quien trabaja como periodista y saber que Benedicto XVI está saliendo bien de esto, porque se está viendo que él es un hombre de Dios, que garantizó por sus colaboradores delante a tanta especulación y chantajes.
Lo indicó este lunes el jefe de redacción del noticiero TG2 de la televisión italiana RAI, Enzo Romeo, en una entrevista a ZENIT.
¿Topos, documentos filtrados a los periódicos, qué sucede?
–Enzo Romeo. Muchos en estos días tienden a distinguir entre la Iglesia institución y la Iglesia pueblo de Dios. Nosotros estamos hablando de lo que sucede en el gobierno de la Ciudad del Vaticano que es un Estado, si bien es muy distinto el rol del episcopado y del santo padre en la conducción del pueblo de Dios. Creo que estas cosas tenemos que distinguirlas.
¿Y si un mayordomo u otra persona hace llegar documentos a los medios?
–Enzo Romeo. Es triste saber que hay una infidelidad en quien tenía que ser el principal colaborador y creo sea injusto darle la responsabilidad, al menos por todo, a quien está haciendo el trabajo del periodista que tiene que proponer cosas que no le gustan a nadie.
¿Y con los documentos?
–Enzo Romeo. Es claro que si un periodista recibe documentos, difícilmente puede hacer como si no hubiera visto nada y esconderlo. Especialmente cuando son tantos documentos e importantes en los contenidos. El problema creo va enfrentado antes, y es justo pedir responsabilidad a nuestra profesión para distinguir lo que es verdadero de lo que no lo es.
¿Cómo queda el papa después de este caso?
–Enzo Romeo. El papa está saliendo bien, porque se está viendo que él es un hombre santo que logra dar el debido empuje e indicaciones al pueblo de Dios. El problema es que el papa es también un hombre de gobierno y por lo tanto tiene necesidad de un equipo de colaboradores que lo apoye todos los días en lo que hace. Ahora si este equipo no se demuestra a la altura de la tarea que tiene que realizar esto puede preocupar, pero no toca a la persona del papa sino eventualmente quien le está alrededor.
Estos documentos entretanto no son sobre él mismo aunque no faltó quien gritó que era un escándalo
–Enzo Romeo. En la historia bimilenaria de la Iglesia, la conocemos, existieron otros problemas muy graves que fueron enfrentados durante los siglos. Tenemos que hacer todos un examen de conciencia y entender que es necesario poner todo en la debida dimensión y justo valor: ¿qué es más importante, el poder o el servicio? Entre poder y servicio tengo que saber que el segundo elemento es la virtud y el poder es la nada si no se pone a disposición de los otros. El mismo papa es siervo entre los siervos de Dios. Esta crisis actual de la iglesia, en la cúpula al menos, nos debe ayudar a reencender los reflectores sobre esto.
Al papa en Milán lo hemos visto tranquilo, no como si existiese una lucha de poder
–Enzo Romeo. Pienso que el papa se haya entristecido. Seguramente los momentos públicos no son los debidos para hacer aparecer ciertos sentimientos o preocupaciones. El santo padre las declara y seguramente sabe lo que tiene que hacer. Pensemos a la intervención del miércoles pasado en la audiencia general cuando quiso de alguna manera indicar su preocupación al decir: “Quienes están en torno a mí son colaboradores por los que doy garantías”.
¿Era necesario dar esta garantía al público?
–Enzo Romeo. Era justo decirlo delante de tanta especulación y tantos chantajes como éstas últimas cartas o documentos presuntos o falsos que sean, pero que nos hacen entender que hay un juego de chantajes por detrás.
Lo indicó el padre Lombardi [portavoz del Vaticano] en una conferencia en Milán: 'hay más y seguramente saldrá'. Seguramente hay que gestionar la situación del modo debido y tengo confianza que así será. Este es un papa que con su humildad y al mismo tiempo fuerza rocosa --como indicó al evocar la casa construida sobre la roca- tiene todas las posibilidades de conducir a la Iglesia afuera de esta situación.