FAISALABAD, martes 4 septiembre 2012 (ZENIT.org).- En Pakistán continúa la ola de violencia contra los cristianos, quienes no solo son víctimas de los abusos perpetrados en nombre de la blasfemia, sino también de la violencia sexual, ya que a las niñas pertenecientes a minorías religiosas se les trata como meros objetos de placer.
Según refiere AsiaNews en un artículo firmado por Shafique Khokar, a finales de agosto la niña Allah Rakhi fue violada por un comerciante musulmán, y abandonada inconsciente en el suelo. Originaria de Yousafabad en Medina-Faisalabad, la pequeña de tan solo 10 años pertenece a una familia cristiana muy pobre que sufre una vez más las injusticias por su condición minoritaria en el país.
A través de reportes locales, se supo que el informe del médico confirmó la violación, lo que condujo a la detención del ciudadano Muhammad Nazir, quien amenazaba hasta el final a los cristianos con «hacerles pagar» si informaban de los hechos. A pesar de ello, y con la ayuda de un activista cristiano, se recogió la queja para denunciarlo.
Entrevistado por AsiaNews, el padre de la niña dijo: «somos pobres» y «no somos capaces de luchar contra estos ricos». Por razones de seguridad, el señor Masih ha escondido a su hija, que aún se encuentra en una condición «crítica».
Para comentar la triste historia también interviene el padre Khalid Rashid Asi, vicario general de la diócesis de Faisalabad, según el cual «debido a la falta de justicia en Pakistán, los ricos y los poderosos pueden hacer actos similares con toda impunidad», como sucede a menudo.
Agrega que si este terrible crimen hubiera ocurrido en contra de una niña musulmana, «probablemente habrían quemado todos los hogares cristianos en la zona.» La ley debe ser igual para todos, dijo el sacerdote, «y los culpables deben ser castigados».
Caso Rimsha
En relación al caso de la niña Rimsha Masih, arrestada aún por la supuesta quema de páginas de un libro referido al Corán, la audiencia ha sido suspendida hasta el viernes 7 de septiembre debido a una huelga de los abogados del Punjab, y ante el permiso solicitado por una de las partes que debe ausentarse de la ciudad. (javv)