CASTEL GANDOLFO, miércoles 5 septiembre 2012 (ZENIT.org).- El santo padre Benedicto XVI, concluyó la reunión anual con sus ex alumnos –en la cual estudiaron los avances del ecumenismo con los anglicanos y los luteranos–, con una misa celebrada este domingo 2 de septiembre, en el centro Mariápolis de Castel Gandolfo.
Conocida también como «Ratzinger Schülerkreis», esta tradición iniciada desde la universidad donde el papa ejercía la docencia, llega ahora a su trigésima sexta edición.
En su homilía, (cf. www.zenit.org/article-43061?l=spanish), Benedicto XVI indicó que la ley de Dios debe ser vivida por los católicos con la alegría de un don y no solo como un vínculo. Criticó los triunfalismos que se exaltan a sí mismos, recordando que con el pasar del tiempo, al don de Dios se le añadieron costumbres humanas que son un vínculo que es necesario superar.
Expuso que la Iglesia es Israel –que se ha vuelto universal–, con el núcleo esencial de la ley, y sin las contingencias del tiempo ni de un pueblo. Y que este núcleo es simplemente Cristo.
En su homilía el papa advirtió: “La idea de verdad e intolerancia hoy están casi fusionadas entre ellas, y es así que no logramos creer de hecho en la verdad o hablar de la verdad”. Y cuando se objeta que nadie puede tener la verdad, “es necesario recordar que es la verdad la que nos debe poseer”.
Benedicto XVI recordó también cómo en el centro del Oficio Divino del Corpus Domini, la Iglesia toma las palabras del Deuteronomio: “¿Cuál es el pueblo que puede decir que Dios le está tan cerca?”, y señalando el don de la eucaristía concluyó: “Dios está aquí, me ama, es nuestra salvación”.