SANTANDER, jueves 13 septiembre 2012 (ZENIT.org).- El nuncio apostólico en España Renzo Fratini, presidirá, este viernes día 14, la misa solemne con la que se clausurará la Conmemoración Jubilar Lebaniega que ha servido para celebrar, desde abril pasado, los 500 años de la concesión de la Bula del papa Julio II que posibilitó la celebración del Jubileo en el monasterio de Santo Toribio de Liébana.
En la misa estarán presentes el actual obispo de Santander Vicente Jiménez Zamora, y quienes le precedieron en esta diócesis, los obispos Carlos Osoro y José Vilaplana, así como los prelados de tres de las cuatro diócesis que forman la Provincia Eclesiástica de Oviedo, a la que pertenece la de Santander: el obispo de Astorga Camilo Lorenzo y el de León Julián López.
Con motivo de esta clausura, monseñor Jiménez ha calificado estos meses de la Conmemoración Jubilar Lebaniega como un “tiempo particular de gracia para nuestra Diócesis de Santander”.
Durante el período que ha mediado entre el 15 de abril y el 14 de septiembre, los fieles peregrinos han podido ganar la indulgencia plenaria en el monasterio lebaniego.
El viernes, día de la clausura –informa la Diócesis de Santander–, se ha hecho coincidir con la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, una jornada muy devota para todos los fieles del valle de Liébana, ya que en este monasterio se alberga la sagrada reliquia del Lignum Crucis, el mayor fragmento de la Cruz de Cristo que se conserva en el mundo.
A la misa solemne de cierre, que se celebrará a las 12 de la mañana, acudirán los seis vicarios episcopales de la Diócesis, acompañados por numerosos sacerdotes del clero diocesano, entre los que figurarán los que atienden pastoralmente a la comarca de Liébana.
El obispo de Santander, calificó estos meses como un “tiempo de renovación de nuestra Diócesis de Santander y, en consecuencia, de nuestra sociedad cántabra” y resaltó el “movimiento espiritual, religioso, social y cultural” que ha ocasionado este “tiempo de gracia”, que también ha servido de preparación para celebrar, a partir del próximo 11 de octubre, el “Año de la Fe” que ha convocado el papa Benedicto XVI.
Ha sido –añadió-, un tiempo que ha propiciado “un encuentro personal y comunitario con Cristo”, a través de la sagrada reliquia del Lignum Crucis, y recordó que esta Conmemoración Jubilar se había convocado bajo el lema, “La Cruz, signo de Amor”. Por la Cruz de Cristo, “hemos sido salvados y redimidos”, apostilló monseñor Jiménez.
Este período de gracia no ha sido propiamente un Año Santo, que tiene lugar cuando la fiesta de Santo Toribio de Liébana (16 de abril) coincide en domingo. Esto no sucederá hasta 2017.
Sin embargo, esta Conmemoración Jubilar Lebaniega por los 500 años de la Bula papal, ha sido un espacio de tiempo intermedio entre el último Año Santo, que se celebró en 2006, y el próximo Año Santo.
El monasterio de Santo Toribio de Liébana está regido desde 1961 por una comunidad de cinco padres franciscanos que preside, como guardián del monasterio, el padre Juan Manuel Núñez Cid.
La reliquia del Lignum Crucis fue traída por santo Toribio de Astorga al monasterio lebaniego en el siglo VIII para protegerla de la invasión árabe.
Liébana, junto a Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela, son los tres lugares históricos del mundo donde se gana el jubileo y, aunque la Bula del Papa Julio II se concedió un 23 de septiembre de 1512, hay constancia de que el jubileo lebaniego se celebraba ya desde tiempo inmemorial en este monasterio ubicado a los pies de los Picos de Europa.
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