HARISSA, viernes, 14 septiembre 2012 (ZENIT.org).- La solemne firma por parte de Benedicto XVI de la exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Medio Oriente tuvo lugar poco después de las 18 horas en la basílica greco-melkita de Harissa. En su discurso, el papa afirmó que el documento puede «contribuir a un ecumenismo lleno de fervor humano, espiritual y caritativo».
El documento firmado recoge el fruto de los trabajos de la Asamblea Especial para Medio Oriente del Sínodo de los Obispos, que tuvo lugar en el Vaticano en octubre de 2010.
A su llegada a la basílica, Benedicto XVI fue acogido por el patriarca de Antioquía de los greco-melkitas católicos, su beatitud Gregorios III Laham, B.S., y por el superior de la Comunidad. En la ceremonia estaban presentes el presidente de la República, los patriarcas y los obispos del Líbano, los miembros del Consejo Especial para Medio Oriente del Sínodo de los Obispos, una delegación ortodoxa y una musulmana.
Tras las palabras de saludo del patriarca greco-melkita y la intervención introductoria del secretario general del Sínodo de los Obispos, monseñor Nikola Eterović, el santo padre pronunció su discurso.
«Es providencial que este acto –dijo el santo padre- tenga lugar precisamente en el día de la Fiesta de la Cruz gloriosa, cuya celebración nació en Oriente en el año 335, al día siguiente de la Dedicación de la Basílica de la Resurrección, construida sobre el Gólgota y el sepulcro de Nuestro Señor, por el emperador Constantino el Grande, al que veneráis como santo».
El papa, considerando la fiesta de hoy, la Exaltación de la Santa Cruz, recordó la historia de Constantino, de cuya visión: «En este signo vencerás» se celebrará el 1.700 aniversario.
Benedicto XVI expresó su pensamiento de que la «exhortación puede ser leída e interpretada a la luz de la fiesta de la Cruz gloriosa y, de modo particular, a partir del crismón, la X (khi) y la P (rhô), las dos primeras letras de la palabra Χριστός».
Una clave de lectura que «conduce a un verdadero redescubrimiento de la identidad del bautizado y de la Iglesia y, al mismo tiempo, constituye como una llamada al testimonio en la comunión y a través de ella».
La exhortación apostólica apenas firmada, comentó el papa, «permite repensar el presente para considerar el futuro con la misma mirada de Cristo».
Objetivo del documento firmado hoy es también «contribuir a un ecumenismo lleno de fervor humano, espiritual y caritativo, en la verdad y el amor evangélico, que extrae su fuerza del mandato del Resucitado: ‘Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos'».
Concluyó expresando sus sentimientos de esperanza y de aliento «a ser protagonistas activos de la fe por la comunión y el testimonio». Y anunció que mañana entregará la Exhortación postsinodal Ecclesia in Medio Oriente «a mis venerados hermanos patriarcas, arzobispos y obispos, a todos los sacerdotes, diáconos, religiosos y religiosas, a los seminaristas y a los fieles laicos». A todos ellos les exhortó con palabras del apóstol Juan: «Tened valor».
Poco antes de la bendición final, el santo padre firmó una copia de exhortación apostólica para luego regresar en automóvil a la Nunciatura Apostólica de Harissa para la cena.
Se puede leer el discurso completo de Benedicto XVI en este enlace: