Por José Antonio Varela Vidal
ROMA, viernes 21 septiembre 2012 (ZENIT.org).- En el mes de junio pasado se llevó a cabo en la ciudad de Dublín, Irlanda, el 50° Congreso Eucarístico Internacional, que contó con la presencia del legado especial del santo padre, el cardenal Marc Ouellet. Fue una semana de profunda reflexión sobre el misterio eucarístico, con multitudinarias celebraciones, y marcada también por gestos públicos de perdón ante los errores cometidos en el pasado.
Con el fin de conversar esta vez sobre dicho megaevento, así como para ponerle el “termómetro” a la vivencia actual de la fe en las tierras de san Patricio, ZENIT entrevistó al teólogo laico irlandés William A. Thomas, quien es también consultor de temas especiales sobre su país para dos dicasterios vaticanos.
¿Cómo fue recibido entre los fieles el Congreso Eucarístico celebrado en Dublín?
-William A. Thomas: Fue muy interesante e importante. Se convirtió en una ocasión para que la Iglesia de Irlanda pueda comenzar de nuevo, pues hace tiempo que tenemos problemas. Estamos pasando un momento difícil, ya desde el Concilio Vaticano II.
¿En qué se traducen estos problemas?
-William A. Thomas: Por ejemplo es poca la catequesis que se da en las parroquias, los jóvenes no van a la Iglesia, está el fenómeno del secularismo, las drogas y el alcoholismo, y ya no se reza en las casas. Junto a los problemas sociales y económicos, está también la emigración del país. Creo que sobre todo esto, se podría predicar un poco más fuerte.
Pero el Congreso Eucarístico habrá tenido su efecto, con tanta gente reunida, un legado papal...
-William A. Thomas: Ha sido una buena oportunidad para los que participaron, de escuchar lo que es la Iglesia católica, su universalidad y conocer los componentes que tiene, como son los sacramentos, la catequesis, las devociones. Ha sido una semana de “escuela” para los adultos que quisieron escuchar a una Iglesia madre y maestra.
¿Qué se está haciendo para mantener vivo este espíritu entre la gente?
-William A. Thomas: El Congreso ha dado una nueva oportunidad para estudiar la fe y participar más de la vida de la Iglesia. Pero no es algo que esté terminado, si no está para comenzar de nuevo; yo lo veo como una “primavera” para Irlanda.
¿Y por dónde se debería reavivar esa “primavera” de la fe?
-William A. Thomas: Bueno, ahora tenemos un nuevo nuncio, que es monseñor Charles Brown. Es cierto que entre nosotros hay una crisis de la fe, y el Santo Padre, al nombrar a un obispo proveniente de la Congregación para la Doctrina de la Fe como nuncio apostólico, ha dado una señal especial. Pedimos que progresivamente surjan nuevas vocaciones con mayor capacidad de enseñar, de predicar y trabajar muy fuerte por la Iglesia.
Allí tienen el modelo de san Patricio, ¿no?
-William A. Thomas: Y también de un Bernardino de Siena, para predicar muy fuerte. Porque lo que hay es una inanición espiritual en Irlanda.
¿La nueva evangelización y el Año de la fe, podrían ayudar?
-William A. Thomas: ¡Si!, y quiero decirlo con confianza. Yo he escrito mucho en un periódico católico y lo hablo en la televisión católica. Tengo confianza en nuestra Iglesia de Irlanda, pero en verdad no estamos bien. Tenemos gente que no sabe el catecismo de la Iglesia, hay mucha ignorancia, pero esto no es culpa de todos, ya el papa identificó en su Carta Pastoral cuál es el problema.
¿Cree que el irlandés respondería con una fe renovada a una nueva ofensiva de la Iglesia?
-William A. Thomas: Sí, los irlandeses desde el tiempo de san Patricio son muy fuertes en la fe, pero necesitamos un gran liderazgo que quiera trabajar muy duro por el Señor.
¿Y los laicos no podrían asumir un mayor protagonismo?
-William A. Thomas: En parte sí, pero en Irlanda la estructura de la Iglesia no es abierta para todos como en América. Por ejemplo yo, como laico, solo puedo ayudar escribiendo en los periódicos sobre lo que dice el papa, lo que es el Catecismo, la Nueva Evangelización.
¿Corre el riesgo de desaparecer el catolicismo en Irlanda?
-William A. Thomas: Hay mucho secularismo en Irlanda, y desde los ultimos 20 años, vemos que del 95% que era católico, hoy ha bajado a 42%. Y de este porcentaje, el 67% no cree en la transubstanciación. Según un estudio, la tendencia es que siga bajando...
Nota: En la entrevista publicada ayer al teólogo Thomas sobre diversos temas mariológicos (www.zenit.org/article-43174?l=spanish), se debe aclarar que el Año Mariano de 1954 se celebró con motivo del primer centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.