Quizá pase inadvertido en muchos ámbitos, pero el gran volumen titulado El camino del alma hacia el Amor. Obra poética y comentarios de Miguel de Santiago es uno de los libros que marca un hito en la elaboración teológica «via pulchritudinis». Lo ha editado la Universidad Pontificia de Salamanca, entendiendo así que no solamente la pintura, la escultura, la música y la arquitectura son las bellas artes que pueden llevarnos a Dios, sino también la poesía.
El autor es un escritor de raza, que ha cubierto una larga, brillante y fecunda trayectoria profesional en el periodismo, como redactor jefe del semanario «Ecclesia», director adjunto del programa de TVE «Últimas preguntas» y colaborador habitual de la Cadena Cope. En medio de sus tareas profesionales Miguel de Santiago no ha dejado de cultivar la literatura, con varias biografías, antologías y creación poética, con importantes galardones, como el Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, en dos ocasiones, el Antonio Machado, el Provincia de Guadalajara y, en sus inicios, fue finalista del prestigioso Adonais en los años 70 del siglo pasado.
Recientemente, el periodista y profesor José Francisco Serrano destacaba algunas virtudes ejemplares de Miguel de Santiago: su gran rigor, su capacidad de trabajo, su sensibilidad estética, su sentido del deber y de la oportunidad, su forma de hacer las cosas, fecunda por el silencio y el buen hacer…
La obra El camino del alma hacia el Amor. Obra poética y comentarios reúne toda la producción lírica del autor: los cinco poemarios, algunos ya prácticamente difíciles de conseguir, Catálogo de insomnios, Parábolas del sueño, Vigilia, Recordatorio y Variaciones sobre una partitura de Vivaldi, además del inédito La siega. Y las dos terceras partes del volumen en que ahora aparecen reunidos desarrollan un comentario literario-teológico donde Miguel de Santiago desmenuza e interpreta los símbolos que sustentan el arte de su poesía.
El reciente magisterio de la Iglesia, que enlaza perfectamente con las corrientes líricas que aparecen en la Sagrada Escritura (aunque sea tópico, el Cantar de los Cantares) y continúan con los escritos del Pseudo Dionisio Areopagita y llegan hasta San Buenaventura, tiene una provocación clara en la llamada a los artistas aludida en el Concilio Vaticano II (Gaudium et spes, 62), pero que vemos consolidada en la Carta a los artistas de Juan Pablo II y en algunos textos intermitentes en el pontificado de Benedicto XVI. De aquí toma pie Miguel de Santiago para su estudio, pero también de distintos y profundos ensayos sobre la creación poética como experiencia –de la fe y estética– expresada, como forma de conocimiento, como comunicación…
Un alarde de conocimientos, de multitud de lecturas asimiladas y sometidas a valoración y reflexión le sirven a Miguel de Santiago para poner las bases sólidas de unos comentarios sobre el arte de la literatura poética propia, que ha ido escribiendo en la intimidad de su existencia humana, cristiana y sacerdotal. Ahora cobra sentido pleno el itinerario teológico que subyace en una obra de arte, gracias a los comentarios que, poema a poema, va desgranando. Y es que la disposición de los poemas en cada poemario y de los seis poemarios en toda su trayectoria lírica resulta decisiva para entender la teología «via pulchritudinis» que se ha atrevido a llevar a cabo el autor y que nunca le agradeceremos suficientemente. Como él mismo se apresura a dejar claro desde el comienzo, es tan lícito que el poeta comente su propia poesía (al fin y al cabo, ya lo había hecho san Juan de la Cruz) como que el pintor, el escultor, el músico o el arquitecto comenten y desmenucen los contenidos de sus propias creaciones artísticas.
Miguel de Santiago ha dado a la luz la que, sin duda, es la obra de su vida. Son seiscientas páginas bien repletas, que nos proporcionan lectura, reflexión y meditación para muchas horas, días, meses… He aquí una obra a la que los amantes del arte y de la teología acudirán en muchos momentos de su vida y de la que sacarán provecho para enriquecer el espíritu, con la que se convertirán en poetas, «creadores» también, al adentrarse en los entresijos sugerentes de los símbolos poéticos y gozarán con la belleza expresiva de la palabra y sus ritmos.
MIGUEL DE SANTIAGO: El camino del alma hacia el Amor. Obra poética y comentarios.Servicio de Publicaciones de la Universidad Pontificia de Salamanca. Salamanca, 2012. 580 págs.