El sitio web del Vaticano ha publicado la nueva versión del escudo papal. Ahora la original estrella de cinco puntas, que simbolizaba a la Virgen María, pasa a tener ocho puntas, como las bienaventuranzas.
Algunos lectores de ZENIT habían comentado que la estrella de cinco puntas se asemejaba a la estrella de David, símbolo que distingue a los practicantes de la religión judía.
La estrella ahora cambia de significado y pasa a simbolizar el mensaje central de la buena noticia de Jesús, las bienaventuranzas.
Por otra parte, en el escudo original del arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Mario Bergoglio, figuraba un racimo de uvas que, sin embargo, en la presentación oficial del nuevo escudo del papa Francisco se decía que era una vara de nardo, aludiendo a la fecha en la que asumió el ministerio petrino, 19 de marzo, así como para reflejar la gran devoción del pontífice a san José, que es representado en la iconografía tradicional con una vara de nardo en la mano, hasta el punto de que a la vara de esta flor se la denomina también «vara de San José». Esta flor ha significado siempre en la iconografía cristiana la virginidad y la pureza, y se encuentra también representada en la mano de santas que se distinguieron por la defensa de esta virtud.
Sin embargo, el racimo de uva seguía siendo tal, aunque se afirmara que representaba a la flor del nardo, pues la diferencia es notable con la vara que presenta en su extremo las flores de nardo, muy aromáticas, en espiga.
Ahora, en la nueva versión del escudo papal, conservando las líneas del original racimo de uva en color amarillo dorado, se observan unos trazos internos que dibujan flores presuntamente de nardo, aunque estas son blancas con ligeros toques rosados, y desde luego para nada amarillas como siguen apareciendo en el escudo retocado, y ni siquiera en capullo son amarillas sino de un verde más blanquecino que el tallo, y su distribución en el tallo es justamente más espigada y no en racimo.
Por último el lema del papa Francisco —Miserando atque eligendo (Mirándolo con misericordia lo eligió)–, idéntico al del cardenal arzobispo Bergoglio, ha sido inscrito en una cartela blanca con vueltas rojas, debajo del escudo. El símbolo de la Compañía de Jesús permanece sin variaciones.
Según explica el sitio vaticano, «en los rasgos, esenciales, el papa Francisco ha decidido conservar su escudo anterior, elegido desde su consagración episcopal y caracterizado por una sencillez lineal».
Sobre el escudo, azul, se hallan los símbolos de la dignidad pontificia, iguales a los que deseó el predecesor, Benedicto XVI (mitra entre llaves de oro y plata, entrelazadas por un cordón rojo).
«La estrella –afirma todavía el sitio vaticano–, según la antigua tradición heráldica, simboliza a la Virgen María, Madre de Cristo y de la Iglesia; la flor de nardo indica a san José, patrono de la Iglesia universal». No se ha incorporado todavía la importante variación de la estrella y su nuevo simbolismo.
El lema alude al pasaje evangélico de la vocación de Mateo, comentado por san Beda el Venerable: «Vidit ergo Iesus publicanum et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi Sequere me (Vio Jesús a un publicano, y como le miró con sentimiento de amor y le eligió, le dijo: Sígueme)».
Esta homilía de san Beda sobre la misericordia divina reviste un significado particular en el itinerario espiritual del papa. En la fiesta de san Mateo de 1953, el joven Jorge Bergoglio experimentó, a la edad de 17 años, de un modo muy especial, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de confesarse, sintió la misericordia de Dios que le llamaba a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola.
Una vez elegido obispo, en recuerdo de tal acontecimiento decidió elegir como lema y programa de vida la expresión de san Beda Miserando atque eligendo, que también ha querido reproducir en su escudo pontificio.