Ya se sabe que no hay como los religiosos para sacar de un duro seis pesetas. Pues esa es la cocina para tiempos de crisis que ofrecen dos mujeres, de habla llana, sor Liliana –con acento hispanoamericano- y sor Beatriz. Entre col y col, van trufando un poco de catecismo y otro poco de evangelio, mientras trastean con los peroles, que ya se sabe que “hasta entre los pucheros anda Dios”, decía otra célebre monja carmelita, santa Teresa de Ávila.
Como quien no quiere la cosa, las dos monjas concepcionistas franciscanas de Segovia, una joven y seria, que parecería la superiora porque es la más mandona; la otra mayor, resalada que hace comentarios con carga de profundidad, da pie a continuas bromas y hace gala de ignorancia supina, para sacar a colación las verdades de la fe que, claro, explica la que parece la superiora que es más leída. Ya se sabe, es como la pareja del actor listo y el tonto. Una fórmula vencedora. Los refranes, la sabiduría del pueblo, son la especialidad de sor Beatriz. Todo ello perfectamente estudiado para hacer un programa ameno, al alcance de todos, divertido y que cuesta poco en todos los sentidos.
Las dos monjas se han hecho tan populares –a través de su diario programa de cocina en 13 TV- que ya tienen su colección de libros de recetas, videos y dvd. Nueva Evangelización en estado puro.
Lo mejor es la puesta en escena. Una cocina de hace por lo menos cincuenta años, de gas, que sin embargo funciona. Nada de placas supercalifragilísticas ni cocina de diseño. El butano de toda la vida. Utensilios que se encuentran en todas las cocinas. Materias primas de temporada y muy baratas. Mucho sentido común y gotas de jaculatorias entre plato y plato. Y todo a toque de campana.
Sin abandonar la clausura, sor Beatriz y sor Liliana se han convertido en estrellas de la televisión. El milagro lo obra “Bendito Paladar”, donde presentan y elaboran recetas sencillas. Relajadas y espontáneas, se lo pasan bien ante las cámaras. Y así han transformado la cocina de su monasterio en un hogar muy agradable para el espectador.
Los libros los edita Buenas Letras, y a sor Beatriz y sor Liliana se las puede seguir en: http://www.facebook.com/BenditoPaladarTV?sk=wall&filter=3, donde hay también datos de sus publicaciones.
En los libros de recetas nuevas, aportan todas las hermanas del convento. Aunque viven en clausura dedicadas prioritariamente a la oración, hace siete años pusieron en marcha un obrador para subvenir a las necesidades del monasterio, y abrieron un torno para vender repostería. La idea alcanzó tal repercusión que pronto tuvieron que diversificar su producción.
En el convento de Escalona, aprendieron nuevas variedades, y las “Isabelas” de Valladolid les enseñaron a hacer roscones. Sor María Ruth sacó la receta de los polvorones, y también la del ponche segoviano, la última incorporación a sus propuestas culinarias.
Lo único que hay que reprochar a la productora, que mantiene la página en Facebook y a quienes elaboran los spots publicitarios, es el paternalismo con el que se trata a sor Liliana y sor Beatriz, calificándolas de “nuestras monjitas”. Apelativo que, como no podía ser menos, las dos monjas soportan con paciencia franciscana ¿Acaso hay “monjitos”? El apelativo, por muy cariñoso que parezca, no se adecúa a mujeres hechas y derechas como las “estrellas” de Bendito Paladar.