En estos días visita el Vaticano la delegación de la presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano, que entre varias visitas programó un encuentro con el papa Francisco, también él de esas tierras. ZENIT conversó con monseñor Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla en México, actual presidente del Celam para el periodo 2011-2015.
En los temas tratados, se puede constatar cuán de cerca siguen los obispos de América Latina el nuevo pontificado, y cómo tratan de ayudar en la resolución de diversos problemas sociales y pastorales.
Una gran «brújula» seguirá siendo el documento de Aparecida…, indicación que se llevan del mismo Francisco.
Ofrecemos a nuestros lectores la primera parte de la entrevista.
¿Qué lo trae por Roma…?
-Mons. Aguiar: La presidencia del Celam tiene por tradición venir a la Santa Sede anualmente durante su cuatrienio. Esta es nuestra segunda visita como Consejo de Presidencia del periodo 2011-2015. Estamos recorriendo diferentes dicasterios, y sin duda la visita más esperada era con el santo padre.
¿Cómo fue la visita con el papa?
-Mons. Aguiar: Fue un reencuentro muy hermoso. Tuvimos la fortuna de participar en Aparecida en 2007, y habíamos encontrado al cardenal Bergoglio cuando era el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, así como coordinador del Comité de redaccion del documento de Aparecida. Todos esos encuentros nos hacen sentirlo no solamente cercano como pastor y guía de la Iglesia que ahora es, sino con la persona. Fue una experiencia de hermanos que nos llenó de gran alegría.
¿Cuáles temas trataron y qué consejo les dio el papa?
-Mons. Aguiar: Le informamos de las actividades más importantes que estamos llevando en el Plan Global del Celam. Y nos dio una indicación, que la recibimos con mucha esperanza. Nos dijo que la aplicación de Aparecida es “la brújula” no solo de la nueva evangelización, sino de la renovación de la vida de la Iglesia en América Latina.
¿Qué recuerdos tiene del trabajo del cardenal Bergoglio en esas semanas de Aparecida?
-Mons. Aguiar: Tuve la fortuna de ser miembro de ese Comité, en que éramos ocho obispos de diferentes países. Entre ellos los cardenales Jorge Bergoglio –como responsable–, Claudio Hummes y Óscar Rodríguez Maradiaga. Allí nos tocó ver la capacidad que tenía el papa de acompañar, escuchar, de decidir y marcar un rumbo cuando era necesario. También estaba muy pendiente de la labor que cada uno tenía en la redacción del documento.
¿Han hablado sobre la posibilidad de ampliar hacia otros países su viaje a Brasil?
-Mons. Aguiar: Mostró interés, pero lo formal y confirmado es su visita a Río. Al respecto, nos comentaba que son decisiones que implican un tiempo, y está dejando al equipo de la Secretaría de Estado las conversaciones concretas sobre dónde pudieran haber condiciones para ampliar la visita.
No lo descarta, entonces…
-Mons. Aguiar: Ni lo descarta ni lo afirma, está en esa actitud.
Aún se recuerda cómo algunos padres sinodales apreciaron en el reciente Sínodo, la visión pastoral que trajeron los obispos latinoamericanos para la nueva evangelizacion, ¿verdad?
-Mons. Aguiar: Creo que una de las características fuertes está señalada en Aparecida, que evoluciona a Ecclesia in America, partiendo de esta y de Santo Domingo. Cuando en estos documentos se habla de conversión personal y permanente, Aparecida avanza hacia la conversión pastoral…
¿Cómo entender esto?
-Mons. Aguiar: Aparecida explica que no solamente es cuestión de cambios en la conducta individual –algo necesario pero que no basta–, sino que debemos tener una conversión pastoral; de creer que en la Iglesia está Cristo caminando en medio. Y que estos instrumentos que somos nosotros, estamos llamados a formar parte de los discípulos de Cristo, lo expresamos y hacemos presente a Cristo.
Esto describe nítidamente los treinta días del papa Francisco…
-Mons. Aguiar: (Risas) Creo que el papa Francisco es, sino el más, quien expresa plenamente en sus actos y en sus gestos y palabras, este desarrollo de reflexión teológico-pastoral que plantea Aparecida.
¿Cómo han tomado el anuncio de que el papa dio pase a la causa de monseñor Óscar Romero?
-Mons. Aguiar: Es muy esperanzador. Nosotros sabíamos por el episcopado de El Salvador que el proceso iba caminando. Pero siempre un impulso de quien es la cabeza de la Iglesia, acelera el proceso y le da más facilidades ante los trámites administrativos, sin saltarlos.
Para ir dejando atrás su polémica figura… y si fuera elevado a los altares, ¿cómo se le debe presentar ante el pueblo de Dios?
-Mons. Aguiar: Como lo que fue, como un pastor. Quien en tiempos muy aciagos, difíciles y de gran confusión en su país, siguió predicando a Cristo con toda libertad. Pero su predicación de la libertad y del amor en Cristo no fue entendido, y por eso es un mártir, es un santo.
Por otro lado, aún hay episcopados que sienten una presión de los gobiernos y parlamentos que legislan contra la familia y la vida… ¿Ven con preocupación estas tendencias?
-Mons. Aguiar: Son temas que siempre están presentes en las reuniones y en la orientación de los departamentos del Celam, así como en sus actividades con las conferencias episcopales. Son desafíos gigantes, porque son globales. No son específicamente de un país…, y me refiero a lo de la vida y la familia.
Y hay otros países donde se vive una democracia limitada… donde a veces la Iglesia misma ve bloqueada su labor…
-Mons. Aguiar: Eso es más local, pero se ha regionalizado. Es evidente que a la Iglesia la limitan. Por otro lado, la bloquean sutilmente, que es mucho más dificil de replantear y actuar, porque se trata de una propuesta aparentemente de avanzada, pero que esconde muchas veces las realidades parcialmente. Y es mucho más difícil desenmascarar la verdad de esas realidades.
Continuará…